Lewis H. Morgan: La invención de la sociedad primitiva

1. Algunos datos biográficos


Morgan nació en 1818 en Aurora, un pueblo del Estado de Nueva York. Estudió derecho en el Union College, en Albany. En 1844 se estableció en Rochester, donde ejerció como abogado para la compañía del ferrocarril y la minería del hierro de Michigan.

En 1851 fundó, junto con unos amigos, un club social inspirado en la mitología griega, llamado “La orden del nudo gordiano”. Un año después transformaron dicha sociedad en otra basada en las costumbres de los iroqueses, a la que dieron el nombre de “La gran orden o nueva confederación de los iroqueses”. Morgan estudió a fondo la Liga iroquesa, una confederación que agrupaba a las cinco naciones de dicha estirpe: mohawk, oneida, ononfaga, cayuga y seneca. La sociedad no sólo se interesó por las costumbres de los iroqueses, sino que también dio apoyo económico y legal a los indios seneca de la reserva Tonawanda, cercana a Rochester, en su litigio con una compañía especuladora, la Odgen Land Company, que quería desplazarlos al oeste. En esa época Morgan se hizo amigo de Ely S. Parker, hijo de un jefe seneca que había recibido formación en la escuela misionera y trabaja como intérprete. Parker colaboró con Morgan en sus estudios sobre los iroqueses. También sirvió como teniente coronel al servicio del general Grant durante la Guerra Civil Americana y más tarde fue nombrado Comisionado para los Asuntos Indígenas.

2. La etnografía de los iroqueses


Aunque “La confederación de los iroqueses” se deshizo en 1847, Morgan continuó estudiando este pueblo indígena y sus costumbres. En 1851 publicó su libro, The League of the Ho-dé-no-sau-nee, or Iroquois. La obra es una recopilación de informaciones sobre distintos aspectos del modo de vida y la cultura de los iroqueses: religión, arquitectura doméstica, gobierno y organización social, cultura material, lenguaje y nombres de lugares, etnobotánica... La Liga iroquesa estaba formada por ocho clanes matrilineales. Las cincuenta jefaturas que componían el organismo de deliberación de la Liga pertenecían a segmentos de los clanes matrilineales, de modo que el cargo pasaba del hermano de la madre al hijo de la hermana. El galpón comunal de la tribu reunía en una única unidad doméstica a los miembros de un segmento del clan.


Tras la publicación del libro, Morgan postergó por un tiempo el estudio de los iroqueses y se dedicó principalmente a la abogacía y a sus asuntos profesionales.

3. El estudio comparativo de los sistemas de parentesco


En 1856 fue nombrado miembro de la Association for the Advancement of Science.  Volvió a repasar sus materiales sobre los iroqueses y se puso a escribir un artículo, titulado “Laws of descent of the Iroquois”.  El trabajo lo presentó finalmente en agosto de 1857 en la reunión anual de la Association for the Advancement of Science. Versaba sobre el sistema de clasificación de parentesco de los iroqueses, que por entonces Morgan consideraba una invención única de esta tribu. Los iroqueses clasificaban a los parientes colaterales como lineales: utilizaban los mismos términos para designar al “padre” y al “hermano del padre”, a la “madre” y a la “hermana de la madre”, así como a los hermanos y a los primos paralelos.

En 1958, Morgan descubrió que los indios ojibwa del norte de Michigan usaban un sistema de clasificación de parentesco similar al de los iroqueses. Puesto que ambas sociedades tenían lenguas muy diferentes, la explicación del parecido entre sus sistemas de clasificación de parentesco debía ser que ambos tuviesen la misma procedencia.

A continuación Morgan revisó los sistemas de parentesco de los indios dakota y creek , descubriendo semejanzas entre ellos y también con los sistemas de los iroqueses y los ojibwas.

Su siguiente paso fue iniciar una investigación comparativa para tratar de demostrar el origen común de los sistemas de clasificación de parentesco de los pueblos amerindios. Con el apoyo de la Smithsonian Institution, Morgan envió un cuestionario sobre parentesco a misioneros y agentes indígenas del oeste de los EE.UU., así como a algunas otras personas en Oceanía, el Lejano Oriente, India y África.

Los resultados de la encuesta no fueron tan satisfactorios como esperaba, pero logró recabar información relevante para su empresa. Él mismo recopiló más datos en Kansas y Nebraska sobre 11 sistemas en 11 lenguas distintas. Todos estos datos le llevaron a la convicción de que los sistemas de clasificación de parentesco eran uniformes entre los indios de Norteamérica, lo que implicaba que debían tener un mismo origen. Su hipótesis fue que todos ellos procedían de Asia. Para comprobarlo, envió su cuestionario a un misionero americano, el Dr. Henry W. Scudder, que trabajaba en el sur de la India. Cuando Scudder le remitió los datos del sistema de parentesco tamil, lo comparó con el sistema de los iroqueses y comprobó que eran iguales. Morgan creyó que esto confirmaba su hipótesis del origen asiático de los indios americanos.

La aplicación del método comparativo al estudio de los sistemas de parentesco fue la innovación que Morgan introdujo para estudiar las relaciones históricas entre los pueblos aborígenes de Norteamérica.

Mediante las encuestas y sus propias investigaciones de campo, Morgan reunió datos de parentesco de 139 grupos distintos de Norteamérica, Asia, Oceanía y Europa. Dedicó varios años a clasificar y tabular estos datos, con los cuales escribió su siguiente monografía: Systems of consanguinity and affinity of the human family (1871).

Morgan no había desarrollado todavía un modelo evolucionista. De manera que afrontó el análisis  de los sistemas de parentesco como si fuesen lenguas, aplicando el método comparativo a su estudio. En este punto, parece que se inspiró en el trabajo del profesor de sánscrito de Oxford, Friedrich Max Müller. Este autor defendía la existencia de tres familias de lenguas: aria, semítica y una tercera de origen asiático, a la que denominó turania. Müller buscaba pruebas filológicas del origen unitario de la humanidad. Aunque no las encontró, planteó un modelo de desarrollo progresivo de las familias lingüísticas, en cuyo punto de partida estaban las lenguas turanias (más primitivas) y en la última etapa las lenguas semíticas y arias (más avanzadas). Además, lo relacionó con el modelo de los cuatro estadios de desarrollo económico de la ilustración escocesa, el cual dividía las sociedades en cazadoras, pastoras, agricultoras y comerciales, cada una con un grado distinto de desarrollo político, desde el comunismo anárquico primitivo al Estado centralizado. El modelo sintético de Müller contraponía sociedades nómadas y primitivas con lenguas simples, a las sociedades civilizadas, centralizadas y agrícolas, con élites literarias y lenguas más avanzadas.

Morgan dividió los sistemas de afinidad y consanguineidad en dos grandes grupos que denominó “sistemas descriptivos” y “sistemas clasificadores”.

En un sentido general hay dos, el descriptivo y el clasificador. Un ejemplo del primero es el celta y del segundo el iroqués-seneca. 


Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 468.

Los sistemas descriptivos distinguen entre parientes lineales y colaterales: el padre y el hermano del padre se denominan con términos distintos. Tienen pocos términos de parentesco especiales y se aplican a los parientes más cercanos al ego: “madre”, “padre”, “hermano”, “hermana”, “hijo”, “hija”, “esposo”, “esposa”, “abuela”, “abuelo”, “nieta”, “nieto”.

[En los sistemas descriptivos] los parientes consanguíneos son descritos principalmente mediante una combinación de términos primarios de relación, las líneas colaterales se mantienen separadas y divergentes de la línea directa, y los pocos términos espaciales que se emplean se restringen a personas particulares y a los de grado más próximo.


Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 468.

Fuente: Brian Swimmer, http://www.umanitoba.ca/faculties/arts/anthropology/kintitle.html

Los sistemas clasificadores, sin embargo, tratan de la misma manera a los parientes lineales y colaterales: emplean el mismo término para padre y hermano del padre, madre y hermana de la madre, etc. En cambio, distinguen la generación (el padre de ego y el padre del padre de ego) y el género (los primos masculinos de ego y las primas femeninas de ego).

Bajo el sistema clasificador los parientes consanguíneos no son descritos mediante una combinación de términos primarios, sino que todos y cada uno, con independencia de que el grado sea remoto, caen bajo alguna de las relaciones reconocidas. El gradus cede al nexus. Mediante generalizaciones comprensivas, si bien aparentemente arbitrarias, son reducidos a grandes clases o categorías, los miembros de cada una de las cuales, con independencia de su grado de proximidad o separación, son colocados en el mismo nivel y admitidos en la misma relación. 


Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 468.

Términos de parentesco yanomamo. Fuente: Brian Swimmer, http://www.umanitoba.ca/faculties/arts/anthropology/kintitle.html

Morgan descubrió la existencia de seis sistemas de parentesco: tres descriptivos (semítico, ario y urálico) y tres clasificadores (malayo, turanio y ganowanio).

En el sistema de relaciones de las familias aria, semítica urálica, las líneas colaterales se mantienen separadas y permanentemente divergentes de la línea directa, lo que da como resultado, teórica y prácticamente, la dispersión de la sangre. (…) Esta divergencia es una de las características del sistema descriptivo. Por el contrario, en las familias turania, amerindia, y malaya, las diversas líneas colaterales, próximas y remotas, se unen y funden finalmente en la línea directa, previniendo así teóricamente, si no de manera práctica, la dispersión de la sangre. Esta fusión es, de manera similar, una de las características del sistema clasificador. 


Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 13.

Los sistemas de parentesco semíticos eran propios de los pueblos árabe, hebreo y armenio. Los arianos los utilizaban los pueblos que hablaban persa, sánscrito y lenguas europeas. Los urálicos se hallaban entre turcos, magiares, fineses y estonios. Bajo el nombre ganowanio incluyó a todos los grupos amerindios. El turanio incluía a chinos, japoneses, hindúes y otros grupos del subcontinente indio. El malayo subsumía a hawaianos, maoríes y otros grupos oceánicos de su muestra.

La división entre sistemas descriptivos y de clasificación señalaba, según Morgan, “la línea de demarcación entre naciones civilizadas y no civilizadas” (Morgan 1871: 470).

En 1865 Morgan envió el manuscrito de su obra a Joseph Henry, director del Smithsonian. Tras leerlo, Henry le indicó que apreciaba una desproporción entre la enorme cantidad de materiales aportados y las conclusiones. Luego remitió el manuscrito a dos especialistas de Princeton para que dieran una opinión más fundamentada: el reverendo Joshua McIlvaine, amigo de Morgan, y el profesor William Henry Green.

Antes de enviarle el manuscrito a Henry, McIlvaine ya le había sugerido a Morgan la posibilidad de explicar los sistemas clasificatorios mediante la teoría de la promiscuidad. En una carta fechada en marzo de 1864, McIlvaine le plantea a Morgan que las sociedades antiguas en las que los hombres compartían esposas podían haber sido más prevalentes de lo que se pensaba. En una sociedad así un niño no podía saber quién era su padre, ya que su madre mantenía relaciones con varios hombres. Así pues, los sistemas de parentesco clasificadores, al agrupar bajo una misma denominación (“padre”, “madre”, “hermano”…) a varias personas, podían ser interpretados como descripciones de la percepción de las relaciones consanguíneas que tenían en sociedades en las que no se podía discernir con claridad la paternidad.

Aunque Morgan no tomó inicialmente en consideración la sugerencia de McIlvaine, tras la publicación en 1865 del libro de McLennan, Primitive marriage, cambió de idea.

En su libro McLennan proponía una teoría sobre el origen y significado del matrimonio por rapto. La práctica del infanticidio femenino, común entre los pueblos primitivos debido a sus duras condiciones de subsistencia, había producido escasez de mujeres, dando lugar a la prohibición del matrimonio entre personas de la misma sangre (exogamia). Esta prohibición tuvo dos consecuencias: las esposas pasaron a obtenerse por medio de la fuerza y el robo de otras tribus, y se instauró la poliandria dentro de la tribu. Con la poliandria apareció la noción de parentesco a través de las mujeres. Hasta entonces las relaciones de consanguinidad habían sido inciertas debido a la promiscuidad entre los sexos. Ahora los hombres podían saber si pertenecían a la misma sangre de su madre. De este modo se fueron formando gentes o clanes de diferentes linajes. McLennan pensaba que el parentesco a través de las mujeres era prevalente entre los aborígenes australianos, los indios norteamericanos y los isleños de los mares del sur. A este primer tipo de poliandria, que McLennan denominó “rudimentaria”, le siguió la denominada “tibetana”, en la que varios hermanos uterinos comparten la misma mujer. Este tipo de poliandria supuso un paso adelante en el reconocimiento de la paternidad y del parentesco a través de los varones (agnación). En esta etapa fue cuando surgió el matrimonio. Posteriormente, la poliandria evolucionó hacia el levirato, quedando establecida la noción de paternidad. Por último, el levirato se extinguió y la familia fue adquiriendo su forma actual. Paralelamente a este desarrollo de la sociedad se fue produciendo un desarrollo económico que favoreció la aparición de la propiedad privada y la necesidad de regular su transmisión. McLennan invirtió el orden de desarrollo de la sociedad de la teoría patriarcal de Henry Main, según el cual la familia patriarcal fue el grupo originario, seguido de la gens, la tribu y finalmente el Estado.

En nuestro planteamiento, el orden del desarrollo social es, pues, que la tribu es lo primero; y después, la gens o la casa y, por último, la familia.


McLennan 1865, Primitive marriage: 154-55).

En mayo de 1867, Morgan escribió un texto titulado “A conjectural solution to the origin of the classificatory system of relationship”, que leyó más tarde en la reunión de la American Academy of Art and Sciences en febrero de 1868. En esta ponencia Morgan expuso por primera vez su teoría sobre cómo habían evolucionado los sistemas de parentesco del modelo clasificador al descriptivo. Este texto lo incorporó después como capítulo final a la versión definitiva de su libro que, tras una nueva revisión, fue aceptado y publicado en 1871. Veamos el argumento de Morgan. 

La primera etapa de la prehistoria se había caracterizado, según Morgan, por un intercambio promiscuo, con matrimonios entre hermanos, costumbre que dio lugar a la familia comunal, formada por un grupo de hermanos y hermanas junto con sus hijos . A continuación, tal y como había sugerido McIlvaine,  se introdujo la denominada costumbre hawaiana, que consistía en una forma combinada de poliginia (de los hermanos) y poliandria (de las hermanas) . En una sociedad de ese tipo, para un ego masculino, las esposas e hijos de sus hermanos eran también sus esposas e hijos, y para un ego femenino, los maridos e hijos de sus hermanas eran también sus maridos e hijos. El sistema de denominación de parentesco resultante coincidía con el malayo.

Este tipo de organización social era moralmente repugnante. Así que progresivamente fue surgiendo una nueva institución, la organización tribal, que continuó permitiendo los matrimonios colectivos, pero prohibió la cohabitación entre hermanos y hermanas (prohibición del incesto) e impuso la obligación de casarse con personas de fuera de la tribu (exogamia). Esto propició la separación de los hijos de los hermanos de los de las hermanas. Para un ego  masculino, los hijos de sus hermanos eran también sus hijos, pero no los de sus hermanas, que ahora eran sus sobrinos; y lo mismo le sucedía mutatis mutandis a un ego femenino. Los primos cruzados se distinguían de los paralelos, siendo estos últimos identificados como hermanos. Esta forma de clasificar a los parientes (sistemas ganowanio y turanio) era la que Morgan había encontrado entre los iroqueses, así como entre los tamiles y los dravidianos del sur de la India.

A partir de ahí la familia fue evolucionando, pasando por diversos estadios. El matrimonio entre parejas simples dio lugar a la familia bárbara, en la cual la autoridad de los padres fue sustituida por la de la tribu. Más tarde, la acumulación de riqueza hizo posible la poligamia, que derivó en la familia patriarcal. La poliandria fue una consecuencia de la poligamia. Finalmente, surgió la propiedad privada y con ella el deseo de poder transmitirla de padres a hijos. Esto provocó la necesidad de una discriminación más precisa de la consanguinidad para poder regular la herencia de la propiedad. Así fue como apareció la familia civilizada, formada por un hombre, una mujer y sus hijos.

Con el surgimiento de la propiedad, considerada como una institución, con el establecimiento de sus derechos, y, sobre todo, con el establecimiento de la certeza de su transmisión a los descendientes directos, se produjo la primera posibilidad dentro de la humanidad de la familia verdadera en su acepción moderna.


Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 492.

La invención de la propiedad privada produjo una transformación en organización de las relaciones de parentesco. De esta manera, se sustituyó el sistema clasificador por el descriptivo. 

La propiedad es la única agencia imaginable suficientemente potente para llevar a cabo un obra tan grande como el relevo del sistema clasificador y su sustitución por el sistema descriptivo. 


Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 493.


Desarrollo de los tipos de familias (Morgan: 1971: 480).

I.           Intercambio promiscuo
II.          El matrimonio o cohabitación entre hermanos y hermanas
III.         La familia comunal. (Primer estadio de la familia).
IV.        La costumbre hawaiana. Da lugar a:
V.         La forma malaya del sistema clasificatorio de relaciones.
VI.        La organización tribal. Da lugar a:
VII.       El sistema de relaciones turanio y ganowanio.
VIII.      El matrimonio entre parejas simples. Da lugar a:
IX.        La familia bárbara. (Segundo estadio de la familia).
X.         Poligamia. Da lugar a:
XI.        La familia patriarcal. (Tercer estadio de la familia).
XII.       Poliandria.
XIII.      El surgimiento de la propiedad con la fijación de la sucesión lineal a las   posesiones. Da lugar a:
XIV.     La familia civilizada (cuarto y último estadio de la familia). Produce:
XV.      El derrocamiento del sistema clasificatorio de relaciones y su sustitución por el descriptivo.


Morgan empezó comparando sistemas de parentesco para examinar las conexiones históricas entre sociedades. Al buscar una explicación de sus tablas relacionó los sistemas de parentesco con otros aspectos de la sociedad como la economía y la política. De esta manera, comenzó a desarrollar un planteamiento evolucionista de la historia de la humanidad.

4. Ancient Society (1877)


En el último de sus libros, La sociedad primitiva, Morgan llevó a cabo una descripción detallada de la historia de la humanidad y cómo había tenido lugar la evolución de la sociedad.

El descubrimiento de restos humanos junto a huesos de animales extinguidos en las cuevas Brixham Cave y otros lugares a mediados del siglo XIX, puso de manifiesto que la especie humana tenía una mayor antigüedad de lo que se había pensado hasta entonces. Así que Morgan afrontó el reto de reconstruir esa prehistoria.

La gran antigüedad del hombre sobre la tierra ha quedado concluyentemente establecida. (…) Ahora es posible asegurar, sobre pruebas convincentes, que el salvajismo precedió a la barbarie en todas las tribus de la humanidad, como se sabe que la barbarie ha precedido a la civilización. La historia de la raza humana es una en origen, una en experiencia, una en progreso.

Morgan 1877, Ancient Society: I-II.

Para llevar a cabo la reconstrucción de la historia de la humanidad, Morgan se apoyó en dos presupuestos:

  1. La historia podía reconstruirse mediante deducciones teóricas, es decir, conjeturalmente. La secuencia que conduce de unas instituciones a otras respondía a una lógica. La promiscuidad, por ejemplo, había sido condición necesaria para el surgimiento de la familia consanguínea.
  2. Los conocimientos disponibles sobre los pueblos salvajes contemporáneos representaban evidencias del pasado de las naciones civilizadas.
Los antepasados remotos de las naciones arias pasaron presuntamente por una experiencia similar a la de tribus bárbaras o salvajes actuales. A pesar de que la experiencia de estas naciones incorpora toda la información necesaria para ilustrar los períodos de la civilización, tanto antigua como moderna, junto con una parte del último estadio de la barbarie, su experiencia anterior debe deducirse, sobre todo, de la conexión que se puede trazar entre los elementos de sus instituciones existentes e invenciones y elementos semejantes que todavía se conservan de estas en las tribus salvajes y bárbaras.

Morgan 1877, Ancient Society: 7-8.

La evolución social de la humanidad, según Morgan, había sido única y lineal, pasando por tres grandes etapas o períodos étnicos: el salvajismo, la barbarie y la civilización.

Del mismo modo que es indudable que cierto número de familias humanas han existido en estado salvaje, otras en estado de barbarie y aun algunas en estado de civilización, de igual forma parece que estas tres condiciones diferentes se entrelazan debido a una sucesión tan natural como imprescindible de progreso.

Morgan 1877, Ancient Society: 3.

Morgan dividió las dos primeras etapas de desarrollo en tres, quedando configurado su esquema evolutivo de la humanidad en siete períodos:

I. Estadio inferior del salvajismo: desde la infancia del género humano al comienzo del período siguiente.
II. Estadio medio del salvajismo: desde la adquisición de una subsistencia a base de pescado y el conocimiento del uso del fuego, hasta etc.
III. Estadio superior del salvajismo: desde la invención del arco  y la flecha, hasta etc.
IV. Estadio inferior de la barbarie: desde la invención del arte de la alfarería, hasta etc.
V. Estadio medio de la barbarie: desde la domesticación de animales en el hemisferio oriental, y en el occidental, desde el cultivo del maíz y plantas por irrigación, con el uso de adobe y piedra, hasta etc.
VI. Estadio superior de la barbarie: desde la invención de la fundición
de mineral de hierro y el empleo de utensilios de hierro, hasta etc.
VII.-Estadio de civilización: desde la invención de un alfabeto fonético y el empleo de la escritura, hasta el tiempo presente.

Morgan 1877, Ancient Society: 12.

Fuente: Dieter Haller, 2011. Atlas de etnología.

Cada una de estas etapas de la historia de la humanidad se había caracterizado por un grado de progreso distinto, apreciable en cuatro dimensiones del desarrollo social y cultural: la tecnología, el gobierno, la familia y la noción de propiedad. Morgan dividió su libro en cuatro partes, en las que expuso el desarrollo de cada una de estas ideas.

Morgan pensaba, al igual que Lubbock y Tylor, que uno de los indicadores más claros de la evolución de una sociedad era el nivel de tecnología que hubiese logrado. El progreso de la humanidad había dependido, en primer lugar, del desarrollo de sus “artes de subsistencia”. La supremacía del ser humano sobre la tierra frente a otras especies animales había sido posible gracias a estas habilidades. La expansión de la humanidad por toda la tierra y su crecimiento no habrían podido tener lugar sin ese control de la producción de alimentos.

El hecho importante de que la humanidad comenzó al pie de la escala y fue ascendiendo, se revela de manera expresiva por sus sucesivas artes de subsistencia. Toda la cuestión de la supremacía humana sobre la tierra dependía de sus destrezas en esta dirección. Los humanos son los únicos seres de los que se puede decir que han logrado un control absoluto sobre la producción de alimentos; el cual, en el inicio, no poseían por encima del resto de los animales. Sin ampliar las bases de subsistencia, la humanidad no habría podido propagarse a otras áreas que no poseían las mismas clases de alimentos, y, con el tiempo, por toda la superficie de la tierra; y, por último, sin lograr un control absoluto tanto sobre su variedad como sobre su cantidad, no podría haberse multiplicado en naciones populosas. Es, por consiguiente, probable, que las grandes épocas del progreso humano se hayan identificado, más o menos directamente, con la ampliación de las fuentes de subsistencia.


Morgan 1877, Ancient Society: 12.

Himalayan Herders (John Bishop y Naomi Bishop, 1997)

La segunda parte de La sociedad primitiva está dedicada a exponer el desarrollo de la idea de gobierno. Puede considerarse el tema principal la obra, ya que ocupa más de la mitad de las páginas del libro.

Morgan distingue entre dos sistemas de gobierno: la societas, una forma de organización social basada en la gens, la fratría y la tribu, propia de la sociedad antigua (salvajismo y barbarie); y la civitas, una forma de organización política basada en el territorio y la propiedad, característica de la sociedad moderna (civilización). El primer sistema se basa en las relaciones personales y actúa a través de la gens (linaje) y la tribu. El segundo implica la existencia de una sociedad política en la que el gobierno actúa sobre las personas a través de relaciones territoriales (municipales, regionales o estatales).

La gens había sido, según Morgan, la forma de gobierno característica de la sociedad antigua.

Una gens (…) es un cuerpo de consanguíneos que descienden de un antepasado común, distinguidos por un nombre gentilicio y ligados por afinidades de sangre. Comprende solamente una mitad de tales descendientes.

Morgan 1877, Ancient Society: 62.

Antes de su organización en gentes o linajes, los seres humanos habían vivido en bandas promiscuas. Morgan presenta como caso característico de esta etapa los kamilaroi australianos, basándose en los datos etnográficos que sobre este pueblo había aportado el reverendo Lorimer Fison.


Aboriginal camp, north of Moree, 1885


A continuación describe con detalle el modelo de organización gentilicia, sirviéndose del caso de los iroqueses. Primero fue la gens, luego la fratría, a la que siguió la tribu y, por último, la confederación de tribus o nación.

El plan de gobierno de los aborígenes americanos comenzó con la gens y finalizó con la confederación, siendo esta última el punto más elevado alcanzado por sus instituciones gubernamentales. Se produjo mediante la serie orgánica: primero, la gens,  un cuerpo de consanguíneos con un nombre gentil en común; segundo, la fratría, un ensamblaje de gentes relacionadas unidas en una asociación superior para ciertos objetos comunes; tercero, la tribu, una asociación de gentes, generalmente  organizadas en fratrías, cuyos miembros  hablaban el mismo dialecto; y cuarto, una confederación de tribus, cuyos miembros hablaban respectivamente dialectos de la misma familia lingüística.

Morgan 1877, Ancient Society: 65.

En el resto de esta segunda parte del libro, Morgan trata de probar que los aztecas, griegos y romanos habían tenido esa misma forma de organización social y no un gobierno político. 

En la tercera parte de la obra, Morgan aborda el desarrollo de la idea de familia. Básicamente recapitula las ideas que ya había expuesto en su libro Los sistemas de consanguinidad y afinidad. La secuencia que había seguido la evolución de la familia, según Morgan, es la siguiente:

  1. Familia consanguínea (comunal): resultado del matrimonio entre hermanos y hermanas, propios y colaterales, en grupo.
  2. Familia punalúa: resultado del matrimonio entre hermanas (o hermanos) propias y colaterales, con los maridos (o esposas) de cada una de las otras, en grupo, no siendo necesario que estuviesen emparentados entre sí.
  3. Familia sidiásmica (bárbara): resultado del matrimonio entre parejas solas, sin cohabitación exclusiva; la duración del matrimonio depende de la voluntad de las partes.
  4. Familia patriarcal: resultado del matrimonio de un hombre con varias mujeres; generalmente acompañado de la reclusión de las esposas.
  5. Familia monógama (civilizada): matrimonio entre parejas solas con cohabitación exclusiva.

En la última parte del libro Morgan hace un breve repaso del desarrollo de la idea de propiedad. Relaciona, por una parte, el desarrollo de este concepto con el progreso tecnológico y, por otra,  la regulación de su posesión y herencia con la evolución de la organización social en los sucesivos períodos étnicos.

Las más tempranas ideas de propiedad estaban íntimamente asociadas a la obtención de la subsistencia como la necesidad primaria que era. Naturalmente, los objetos de propiedad se incrementarían en los sucesivos períodos étnicos con la multiplicación de aquellas artes de las que dependían los medios de subsistencia. El crecimiento de la propiedad seguiría así el mismo ritmo que el progreso de los inventos y los descubrimientos. Cada período técnico muestra un marcado avance sobre el que le precede, no sólo en el número de inventos, sino también en la variedad y la cantidad de las propiedades resultantes. La multiplicidad de las formas de propiedad iría acompañada por el crecimiento de ciertas regulaciones referentes a la posesión y la herencia. Las costumbres de las que dependen esas reglas de posesión y herencia vienen determinadas y modificadas por la condición y el progreso de la organización social. El crecimiento de la propiedad está así estrechamente vinculado al incremento de los inventos y descubrimientos y a la mejora de las instituciones sociales que marcan los diversos períodos del progreso humano. 

Morgan 1877, Ancient Society: 535.

En el estadio de salvajismo apenas existían las posesiones y eran de poco valor: utensilios y armas rudimentarias. Con la aparición de la institución de la gens, en el estadio inferior de la barbarie, se incrementaron las propiedades y apareció la primera regla de la herencia, distribuyendo los efectos del finado entre sus gentiles. Con el desarrollo de la agricultura, en el estadio medio de la barbarie, apareció la noción de propiedad de la tierra cultivada. Aunque la tierra seguía siendo propiedad de la tribu, ahora podía ser poseída por un grupo o individuo perteneciente a la misma. A medida que la sociedad fue haciéndose más compleja, aumentaron la cantidad y variedad de los bienes. Esto dio lugar a la segunda regla de la herencia, según la cual los bienes del difunto se traspasaban a la parentela agnaticia, quedando excluidos el resto de los gentiles. Al final del estadio de barbarie superior, con la aparición de la familia monógama, se produjeron cambios en la forma de posesión de la tierra, que pasó a ser propiedad del Estado o de los individuos. Simultáneamente se produjo la tercera de las reglas de la herencia, que atribuye a los hijos del difunto la exclusividad de la herencia.

Había llegado el momento en el que la monogamia, habiendo asegurado la paternidad de los hijos, proclamaría y mantendría su exclusivo derecho a heredar los bienes de su difunto padre.

Morgan 1877, Ancient Society: 554.

Este resultado quedó consolidado en el estadio de civilización.

5. La interpretación de Engels de la obra de Morgan


Marx y Engels leyeron con interés la obra de Morgan. Marx tomó numerosas anotaciones, que más tarde Engels utilizó para la redacción de su libro El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884). Más de la mitad del libro de Engels es una glosa del texto de Morgan, sobre todo la parte que concierne a la “sociedad primitiva”.

Engels propone una teoría para explicar el origen de la familia y del Estado, en la cual las condiciones económicas y la propiedad privada juegan un papel fundamental. Considera que el modo producción es lo que determinaba la historia, y desde esta perspectiva materialista realiza la lectura e interpretación del libro de Morgan.

En el prefacio a la primera edición del libro, expone las líneas principales de su argumento.

El orden social en que viven los hombres en una época o en un país dados, está condicionado por (…) dos especies de producción: por el grado de desarrollo del trabajo, de una parte, y de la familia, de la otra. Cuando menos desarrollado está el trabajo, más restringida es la cantidad de sus productos y, por consiguiente, la riqueza de la sociedad, con tanta mayor fuerza se manifiesta la influencia dominante de los lazos de parentesco sobre el régimen social. Sin embargo, en el marco de este desmembramiento de la sociedad basada en los lazos de parentesco, la productividad del trabajo aumenta sin cesar, y con ella se desarrolla la propiedad privada y el cambio, la diferencia de fortuna, la posibilidad de emplear  fuerza de trabajo ajena y, con ello, la base de los antagonismos de clase. 


Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, 1975 [1884]: 4.

El orden social depende básicamente de dos factores: el modo de producción (la forma en que está organizado el trabajo y las distribución de sus productos) y el modo de reproducción (que garantiza la existencia de la población). Las sociedades “primitivas”, en las que  todavía no estaba muy desarrollado el trabajo, pudieron funcionar mediante una organización basada en las relaciones de parentesco. Pero la producción fue creciendo, produjo riqueza y, con ella, la posibilidad de utilizar el trabajo ajeno y mayores diferencias sociales entre los grupos de individuos. En otras palabras, el aumento de la producción dio lugar al desarrollo de la propiedad privada, lo que tuvo como consecuencias la desintegración del antiguo orden social basado en el parentesco y el surgimiento de una sociedad de clases.

Engels pensaba que los períodos étnicos que había descrito Morgan podían identificarse con distintos modos de producción, lo cual resultaba congruente con su teoría.

Salvajismo. – Período en que predomina la apropiación de productos que la naturaleza da ya hechos; las producciones artificiales del hombre están destinadas, sobre todo, a facilitar esa apropiación. Barbarie. – Período en que aparecen la ganadería y la agricultura y se aprende a incrementar la producción de la naturaleza por medio del trabajo humano. Civilización. – Período en que el hombre sigue aprendiendo a elaborar los productos naturales, período de la industria propiamente dicha, y del arte.


Engels 1980 [1884], El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado: 26.

Una de las ideas de Morgan que Engels consideraba trascendental para el entendimiento de la prehistoria era que la organización matrilineal había precedido a la patrilineal. En su opinión, esto probaba que las mujeres habían ido perdiendo estatus a medida que la sociedad progresaba. Esa pérdida de estatus alcanzó su punto más álgido con la aparición de la familia monógama, cuya causa había sido el surgimiento y desarrollo de la propiedad privada. Así se produjo la primera forma de opresión de clases: la explotación de las mujeres por parte de los hombres.

La monogamia no aparece de ninguna manera en la historia como una reconciliación entre el hombre y la mujer, y menos aún como la forma más elevada de matrimonio. Por el contrario, entra en escena bajo la forma de la esclavización de un sexo por el otro, como la proclamación de un conflicto entre los sexos, desconocido hasta entonces en la prehistoria. En un viejo manuscrito inédito, redactado en 1846 por Marx y por mí, encuentro esta frase: “La primera división del trabajo es la que se hizo entre el hombre y la mujer para la procreación de los hijos”. Y hoy puedo añadir: el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino.


Engels 1980 [1884]El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado : 64-5.

La aparición del Estado, según Engels, fue un paso más en el mismo proceso desencadenado por el desarrollo de la propiedad privada y el conflicto de clases.

La sociedad antigua, basada en las uniones gentilicias, salta al aire a consecuencia del choque de las clases sociales recién formadas; y su lugar lo ocupa una nueva sociedad organizada en Estado y cuyas unidades inferiores no son ya gentilicias, sino unidades territoriales; se trata de una sociedad en la que el régimen familiar está completamente sometido a las relaciones de propiedad y en la que se desarrollan libremente las contradicciones de clase y la lucha de clases, que constituyen el contenido de toda la historia escrita hasta nuestro días.


Engels 1980 [1884]El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado: 4.

La familia, la propiedad privada y el Estado habían sido, por tanto, productos contingentes de la historia económica de la humanidad, según Engels.

6. Referencias

Lectura obligatoria
  • Morgan, Lewis H. 1987 [1887]. La sociedad primitiva. Madrid: Edymon. Pp.: 77-111 y 523-545.
Películas
  • Himalayan Herders (John Bishop y Naomi Bishop, 1997)
  • Project 20: End of the trail (Donald B. Hyatt, 1965)
  • Seeking the first Americans (Graham Chedd, 1980)
  • The Ax Fight (Timothy Ash y Napoleon Chagnon, 1975)
  • The Hunters (John Marshall, 1957)
  • Walkabout: A Journey with the Aboriginals (Charles Mountford, 1946)
  • Without fathers or husbands (Hua Cai, 1995)
Lecturas complementarias
Lecturas recomendadas
  • Holmes, William Henry 1909. Biographical Memoir of Lewis Henry Morgan, 1818-1871. National Academy of Science Biographical Memoirs 6: 219-239.
  • Kuper, Adam. 2005. “Lewis Henry Morgan and Ancient Society”, 59-81. En The Reinvention of Primitive Society. Transformations of a Myth. London and New York: Routledge.
  • Meek. Ronald, L. 1981 [1976]. Los orígenes de la ciencia social: El desarrollo de la teoría de los cuatro estadios. Madrid: Siglo XXI.
  • Moses, Daniel N. 2009. The promises of progress: The life and work of Henry Lewis Morgan. Columbia: University of Missouri Press.
  • Resek, Carl 1960. Lewis Henry Morgan: American Scholar. Chicago: University of Chicago Press.
  • Service, Elman. 1985. “The Classificatory Kinship System” y “Morgan’s Ancient Society”, 13-58. En A Century of Controversy: Ethnological Issues from 1860 to 1960. New York: Academic Press.
  • Trautmann, Thomas R. 1987. Lewis Henry Morgan and the Invention of Kinship. Berkeley and Los Angeles, CA: University of California Press.
  • Trautmann, Thomas R. 2001 [1997]. “Lewis Henry Morgan (1818-1881)”, 438-440. En Thomas Barfield (ed.), Diccionario de antropología. Barcelona: Bellaterra.
  • Valdés Gázquez, María. 1998. El pensamiento antropológico de Lewis Henry Morgan. Bellaterra: Universidad Autónoma de Barcelona.
  • White, Leslie 1959. “Lewis Henry Morgan: His life and Researches”, 3-12. En The Indian Journals, 1859-1862. Ann Arbor, MI: University of Michigan Press.