1. Algunos datos biográficos
En 1851
fundó, junto con unos amigos, un club social inspirado en la mitología griega,
llamado “La orden del nudo gordiano”. Un año después transformaron dicha
sociedad en otra basada en las costumbres de los iroqueses, a la que
dieron el nombre de “La gran orden o nueva confederación de los iroqueses”.
Morgan estudió a fondo la Liga iroquesa, una confederación que agrupaba a las
cinco naciones de dicha estirpe: mohawk, oneida, ononfaga, cayuga y seneca. La
sociedad no sólo se interesó por las costumbres de los iroqueses, sino que
también dio apoyo económico y legal a los indios seneca de la reserva
Tonawanda, cercana a Rochester, en su litigio con una compañía especuladora, la
Odgen Land Company, que quería desplazarlos al oeste. En esa época Morgan se
hizo amigo de Ely S. Parker, hijo de un jefe seneca que había recibido
formación en la escuela misionera y trabaja como intérprete. Parker colaboró
con Morgan en sus estudios sobre los iroqueses. También sirvió como teniente
coronel al servicio del general Grant durante la Guerra Civil Americana y más
tarde fue nombrado Comisionado para los Asuntos Indígenas.
2. La etnografía de los iroqueses
Aunque “La
confederación de los iroqueses” se deshizo en 1847, Morgan continuó estudiando
este pueblo indígena y sus costumbres. En 1851 publicó su libro, The League of
the Ho-dé-no-sau-nee, or Iroquois. La obra es una recopilación de informaciones
sobre distintos aspectos del modo de vida y la cultura de los iroqueses:
religión, arquitectura doméstica, gobierno y organización social, cultura
material, lenguaje y nombres de lugares, etnobotánica... La Liga iroquesa
estaba formada por ocho clanes matrilineales. Las cincuenta jefaturas que
componían el organismo de deliberación de la Liga pertenecían a segmentos de
los clanes matrilineales, de modo que el cargo pasaba del hermano de la madre
al hijo de la hermana. El galpón comunal de la tribu reunía en una única unidad
doméstica a los miembros de un segmento del clan.
Tras la
publicación del libro, Morgan postergó por un tiempo el estudio de los
iroqueses y se dedicó principalmente a la abogacía y a sus asuntos
profesionales.
3. El estudio comparativo de los sistemas de parentesco
En 1856 fue
nombrado miembro de la Association for the Advancement of Science. Volvió a repasar sus materiales sobre los
iroqueses y se puso a escribir un artículo, titulado “Laws of descent of the
Iroquois”. El trabajo lo presentó
finalmente en agosto de 1857 en la reunión anual de la Association for the
Advancement of Science. Versaba sobre el sistema de clasificación
de parentesco de los iroqueses, que por entonces Morgan consideraba una
invención única de esta tribu. Los iroqueses clasificaban a los parientes
colaterales como lineales: utilizaban los mismos términos para designar al
“padre” y al “hermano del padre”, a la “madre” y a la “hermana de la madre”,
así como a los hermanos y a los primos paralelos.
En 1958,
Morgan descubrió que los indios ojibwa del norte de Michigan usaban un sistema
de clasificación de parentesco similar al de los iroqueses. Puesto que ambas
sociedades tenían lenguas muy diferentes, la explicación del parecido entre sus
sistemas de clasificación de parentesco debía ser que ambos tuviesen la misma
procedencia.
A
continuación Morgan revisó los sistemas de parentesco de los indios dakota y
creek , descubriendo semejanzas entre ellos y también con los sistemas de los
iroqueses y los ojibwas.
Su
siguiente paso fue iniciar una investigación comparativa para tratar de
demostrar el origen común de los sistemas de clasificación de parentesco de los
pueblos amerindios. Con el apoyo de la Smithsonian Institution, Morgan envió un
cuestionario sobre parentesco a misioneros y agentes indígenas del oeste de los
EE.UU., así como a algunas otras personas en Oceanía, el Lejano Oriente, India
y África.
Los
resultados de la encuesta no fueron tan satisfactorios como esperaba, pero
logró recabar información relevante para su empresa. Él mismo recopiló más
datos en Kansas y Nebraska sobre 11 sistemas en 11 lenguas distintas. Todos
estos datos le llevaron a la convicción de que los sistemas de clasificación de
parentesco eran uniformes entre los indios de Norteamérica, lo que implicaba
que debían tener un mismo origen. Su hipótesis fue que todos ellos procedían de
Asia. Para comprobarlo, envió su cuestionario a un misionero americano, el Dr.
Henry W. Scudder, que trabajaba en el sur de la India. Cuando Scudder le
remitió los datos del sistema de parentesco tamil, lo comparó con el sistema de
los iroqueses y comprobó que eran iguales. Morgan creyó que esto confirmaba su
hipótesis del origen asiático de los indios americanos.
La
aplicación del método comparativo al estudio de los sistemas de parentesco fue
la innovación que Morgan introdujo para estudiar las relaciones históricas
entre los pueblos aborígenes de Norteamérica.
Mediante
las encuestas y sus propias investigaciones de campo, Morgan reunió datos de
parentesco de 139 grupos distintos de Norteamérica, Asia, Oceanía y Europa.
Dedicó varios años a clasificar y tabular estos datos, con los cuales escribió
su siguiente monografía: Systems of consanguinity and affinity of the human
family (1871).
Morgan no
había desarrollado todavía un modelo evolucionista. De manera que afrontó el
análisis de los sistemas de parentesco
como si fuesen lenguas, aplicando el método comparativo a su estudio. En este
punto, parece que se inspiró en el trabajo del profesor de sánscrito de Oxford,
Friedrich Max Müller. Este autor defendía la existencia de tres familias de
lenguas: aria, semítica y una tercera de origen asiático, a la que denominó
turania. Müller buscaba pruebas filológicas del origen unitario de la humanidad.
Aunque no las encontró, planteó un modelo de desarrollo progresivo de las
familias lingüísticas, en cuyo punto de partida estaban las lenguas turanias
(más primitivas) y en la última etapa las lenguas semíticas y arias (más
avanzadas). Además, lo relacionó con el modelo de los cuatro estadios de
desarrollo económico de la ilustración escocesa, el cual dividía las sociedades
en cazadoras, pastoras, agricultoras y comerciales, cada una con un grado
distinto de desarrollo político, desde el comunismo anárquico primitivo al
Estado centralizado. El modelo sintético de Müller contraponía sociedades
nómadas y primitivas con lenguas simples, a las sociedades civilizadas,
centralizadas y agrícolas, con élites literarias y lenguas más avanzadas.
Morgan
dividió los sistemas de afinidad y consanguineidad en dos grandes grupos que
denominó “sistemas descriptivos” y “sistemas clasificadores”.
En un sentido general hay dos, el descriptivo y el clasificador. Un ejemplo del primero es el celta y del segundo el iroqués-seneca.
Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 468.
Los
sistemas descriptivos distinguen entre parientes lineales y colaterales: el
padre y el hermano del padre se denominan con términos distintos. Tienen pocos
términos de parentesco especiales y se aplican a los parientes más cercanos al
ego: “madre”, “padre”, “hermano”, “hermana”, “hijo”, “hija”, “esposo”,
“esposa”, “abuela”, “abuelo”, “nieta”, “nieto”.
[En los sistemas descriptivos] los parientes consanguíneos
son descritos principalmente mediante una combinación de términos primarios de
relación, las líneas colaterales se mantienen separadas y divergentes de la
línea directa, y los pocos términos espaciales que se emplean se restringen a
personas particulares y a los de grado más próximo.
Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 468.
Los
sistemas clasificadores, sin embargo, tratan de la misma manera a los parientes
lineales y colaterales: emplean el mismo término para padre y hermano del
padre, madre y hermana de la madre, etc. En cambio, distinguen la generación
(el padre de ego y el padre del padre de ego) y el género (los primos
masculinos de ego y las primas femeninas de ego).
Bajo el sistema clasificador los parientes consanguíneos no
son descritos mediante una combinación de términos primarios, sino que todos y
cada uno, con independencia de que el grado sea remoto, caen bajo alguna de las
relaciones reconocidas. El gradus cede al nexus. Mediante generalizaciones
comprensivas, si bien aparentemente arbitrarias, son reducidos a grandes clases
o categorías, los miembros de cada una de las cuales, con independencia de su
grado de proximidad o separación, son colocados en el mismo nivel y admitidos
en la misma relación.
Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 468.
Términos de parentesco yanomamo. Fuente: Brian Swimmer, http://www.umanitoba.ca/faculties/arts/anthropology/kintitle.html |
Morgan
descubrió la existencia de seis sistemas de parentesco: tres descriptivos
(semítico, ario y urálico) y tres clasificadores (malayo, turanio y ganowanio).
En el sistema de relaciones de las familias aria, semítica
urálica, las líneas colaterales se mantienen separadas y permanentemente
divergentes de la línea directa, lo que da como resultado, teórica y
prácticamente, la dispersión de la sangre. (…) Esta divergencia es una de las
características del sistema descriptivo. Por el contrario, en las familias
turania, amerindia, y malaya, las diversas líneas colaterales, próximas y
remotas, se unen y funden finalmente en la línea directa, previniendo así
teóricamente, si no de manera práctica, la dispersión de la sangre. Esta fusión
es, de manera similar, una de las características del sistema clasificador.
Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 13.
Los
sistemas de parentesco semíticos eran propios de los pueblos árabe, hebreo y
armenio. Los arianos los utilizaban los pueblos que hablaban persa, sánscrito y
lenguas europeas. Los urálicos se hallaban entre turcos, magiares, fineses y
estonios. Bajo el nombre ganowanio incluyó a todos los grupos amerindios. El
turanio incluía a chinos, japoneses, hindúes y otros grupos del subcontinente
indio. El malayo subsumía a hawaianos, maoríes y otros grupos oceánicos de su
muestra.
La división
entre sistemas descriptivos y de clasificación señalaba, según Morgan, “la
línea de demarcación entre naciones civilizadas y no civilizadas” (Morgan 1871:
470).
En 1865
Morgan envió el manuscrito de su obra a Joseph Henry, director del Smithsonian.
Tras leerlo, Henry le indicó que apreciaba una desproporción entre la enorme
cantidad de materiales aportados y las conclusiones. Luego remitió el
manuscrito a dos especialistas de Princeton para que dieran una opinión más
fundamentada: el reverendo Joshua McIlvaine, amigo de Morgan, y el profesor
William Henry Green.
Antes de
enviarle el manuscrito a Henry, McIlvaine ya le había sugerido a Morgan la
posibilidad de explicar los sistemas clasificatorios mediante la teoría de la
promiscuidad. En una carta fechada en marzo de 1864, McIlvaine le plantea a
Morgan que las sociedades antiguas en las que los hombres compartían esposas
podían haber sido más prevalentes de lo que se pensaba. En una sociedad así un
niño no podía saber quién era su padre, ya que su madre mantenía relaciones con
varios hombres. Así pues, los sistemas de parentesco clasificadores, al agrupar
bajo una misma denominación (“padre”, “madre”, “hermano”…) a varias personas, podían ser interpretados
como descripciones de la percepción de las relaciones consanguíneas que tenían en sociedades en las que no se podía discernir con claridad la paternidad.
Aunque
Morgan no tomó inicialmente en consideración la sugerencia de McIlvaine, tras
la publicación en 1865 del libro de McLennan, Primitive marriage, cambió de
idea.
En su libro
McLennan proponía una teoría sobre el origen y significado del matrimonio por
rapto. La práctica del infanticidio femenino, común entre los pueblos
primitivos debido a sus duras condiciones de subsistencia, había producido escasez de
mujeres, dando lugar a la prohibición del matrimonio entre personas de la misma
sangre (exogamia). Esta prohibición tuvo dos consecuencias: las esposas pasaron
a obtenerse por medio de la fuerza y el robo de otras tribus, y se instauró la
poliandria dentro de la tribu. Con la poliandria apareció la noción de parentesco
a través de las mujeres. Hasta entonces las relaciones de consanguinidad habían
sido inciertas debido a la promiscuidad entre los sexos. Ahora los hombres
podían saber si pertenecían a la misma sangre de su madre. De este modo se
fueron formando gentes o clanes de diferentes linajes. McLennan pensaba que el
parentesco a través de las mujeres era prevalente entre los aborígenes
australianos, los indios norteamericanos y los isleños de los mares del sur. A
este primer tipo de poliandria, que McLennan denominó “rudimentaria”, le siguió
la denominada “tibetana”, en la que varios hermanos uterinos comparten la misma
mujer. Este tipo de poliandria supuso un paso adelante en el reconocimiento de
la paternidad y del parentesco a través de los varones (agnación). En esta
etapa fue cuando surgió el matrimonio. Posteriormente, la poliandria evolucionó
hacia el levirato, quedando establecida la noción de paternidad. Por último, el
levirato se extinguió y la familia fue adquiriendo su forma actual.
Paralelamente a este desarrollo de la sociedad se fue produciendo un desarrollo
económico que favoreció la aparición de la propiedad privada y la necesidad de
regular su transmisión. McLennan invirtió el orden de desarrollo de la sociedad
de la teoría patriarcal de Henry Main, según el cual la familia patriarcal fue
el grupo originario, seguido de la gens, la tribu y finalmente el Estado.
En nuestro planteamiento, el orden del desarrollo social es,
pues, que la tribu es lo primero; y después, la gens o la casa y, por último,
la familia.
McLennan 1865, Primitive marriage: 154-55).
En mayo de
1867, Morgan escribió un texto titulado “A conjectural solution to the origin
of the classificatory system of relationship”, que leyó más tarde en la reunión
de la American Academy of Art and Sciences en febrero de 1868. En esta ponencia
Morgan expuso por primera vez su teoría sobre cómo habían evolucionado los
sistemas de parentesco del modelo clasificador al descriptivo. Este texto lo
incorporó después como capítulo final a la versión definitiva de su libro que,
tras una nueva revisión, fue aceptado y publicado en 1871. Veamos el argumento
de Morgan.
La primera
etapa de la prehistoria se había caracterizado, según Morgan, por un
intercambio promiscuo, con matrimonios entre hermanos, costumbre que dio lugar
a la familia comunal, formada por un grupo de hermanos y hermanas junto con sus
hijos . A continuación, tal y como había sugerido McIlvaine, se introdujo la denominada costumbre
hawaiana, que consistía en una forma combinada de poliginia (de los hermanos) y
poliandria (de las hermanas) . En una sociedad de ese tipo, para un ego
masculino, las esposas e hijos de sus hermanos eran también sus esposas e
hijos, y para un ego femenino, los maridos e hijos de sus hermanas eran también
sus maridos e hijos. El sistema de denominación de parentesco resultante
coincidía con el malayo.
Este tipo
de organización social era moralmente repugnante. Así que progresivamente fue
surgiendo una nueva institución, la organización tribal, que continuó
permitiendo los matrimonios colectivos, pero prohibió la cohabitación entre
hermanos y hermanas (prohibición del incesto) e impuso la obligación de casarse
con personas de fuera de la tribu (exogamia). Esto propició la separación de
los hijos de los hermanos de los de las hermanas. Para un ego masculino, los hijos de sus hermanos eran
también sus hijos, pero no los de sus hermanas, que ahora eran sus sobrinos; y
lo mismo le sucedía mutatis mutandis a un ego femenino. Los primos cruzados se
distinguían de los paralelos, siendo estos últimos identificados como hermanos.
Esta forma de clasificar a los parientes (sistemas ganowanio y turanio) era la
que Morgan había encontrado entre los iroqueses, así como entre los tamiles y
los dravidianos del sur de la India.
A partir de
ahí la familia fue evolucionando, pasando por diversos estadios. El matrimonio
entre parejas simples dio lugar a la familia bárbara, en la cual la autoridad
de los padres fue sustituida por la de la tribu. Más tarde, la acumulación de
riqueza hizo posible la poligamia, que derivó en la familia patriarcal. La
poliandria fue una consecuencia de la poligamia. Finalmente, surgió la
propiedad privada y con ella el deseo de poder transmitirla de padres a hijos.
Esto provocó la necesidad de una discriminación más precisa de la
consanguinidad para poder regular la herencia de la propiedad. Así fue como
apareció la familia civilizada, formada por un hombre, una mujer y sus hijos.
Con el surgimiento de la
propiedad, considerada como una institución, con el establecimiento de sus
derechos, y, sobre todo, con el establecimiento de la certeza de su transmisión
a los descendientes directos, se produjo la primera posibilidad dentro de la
humanidad de la familia verdadera en su acepción moderna.
Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 492.
La
invención de la propiedad privada produjo una transformación en organización de
las relaciones de parentesco. De esta manera, se sustituyó el sistema
clasificador por el descriptivo.
La propiedad es la única agencia imaginable suficientemente
potente para llevar a cabo un obra tan grande como el relevo del sistema
clasificador y su sustitución por el sistema descriptivo.
Morgan 1871, Systems of consanguinity and affinity: 493.
Desarrollo de los tipos de familias
(Morgan: 1971: 480).
I. Intercambio promiscuo
II. El matrimonio o cohabitación
entre hermanos y hermanas
III. La familia comunal. (Primer
estadio de la familia).
IV. La costumbre hawaiana. Da lugar
a:
V. La forma malaya del sistema
clasificatorio de relaciones.
VI. La organización tribal. Da lugar
a:
VII. El sistema de relaciones turanio
y ganowanio.
VIII. El matrimonio entre parejas
simples. Da lugar a:
IX. La familia bárbara. (Segundo
estadio de la familia).
X. Poligamia. Da lugar a:
XI. La familia patriarcal. (Tercer
estadio de la familia).
XII. Poliandria.
XIII. El surgimiento de la propiedad
con la fijación de la sucesión lineal a las posesiones. Da lugar a:
XIV. La familia civilizada (cuarto y
último estadio de la familia). Produce:
XV. El derrocamiento del sistema
clasificatorio de relaciones y su sustitución por el descriptivo.
|
Morgan
empezó comparando sistemas de parentesco para examinar las conexiones
históricas entre sociedades. Al buscar una explicación de sus tablas relacionó
los sistemas de parentesco con otros aspectos de la sociedad como la economía y
la política. De esta manera, comenzó a desarrollar un planteamiento
evolucionista de la historia de la humanidad.
4. Ancient Society (1877)
En el
último de sus libros, La sociedad primitiva, Morgan llevó a cabo una
descripción detallada de la historia de la humanidad y cómo había tenido lugar
la evolución de la sociedad.
El
descubrimiento de restos humanos junto a huesos de animales extinguidos en las
cuevas Brixham Cave y otros lugares a mediados del siglo XIX, puso de
manifiesto que la especie humana tenía una mayor antigüedad de lo que se había
pensado hasta entonces. Así que Morgan afrontó el reto de reconstruir esa
prehistoria.
La gran antigüedad del hombre sobre la tierra ha quedado
concluyentemente establecida. (…) Ahora es posible asegurar, sobre pruebas
convincentes, que el salvajismo precedió a la barbarie en todas las tribus de
la humanidad, como se sabe que la barbarie ha precedido a la civilización. La
historia de la raza humana es una en origen, una en experiencia, una en
progreso.
Morgan 1877, Ancient Society: I-II.
Para llevar
a cabo la reconstrucción de la historia de la humanidad, Morgan se apoyó en dos
presupuestos:
- La historia podía reconstruirse mediante deducciones teóricas, es decir, conjeturalmente. La secuencia que conduce de unas instituciones a otras respondía a una lógica. La promiscuidad, por ejemplo, había sido condición necesaria para el surgimiento de la familia consanguínea.
- Los conocimientos disponibles sobre los pueblos salvajes contemporáneos representaban evidencias del pasado de las naciones civilizadas.
Los antepasados remotos de las naciones arias pasaron
presuntamente por una experiencia similar a la de tribus bárbaras o salvajes
actuales. A pesar de que la experiencia de estas naciones incorpora toda la
información necesaria para ilustrar los períodos de la civilización, tanto
antigua como moderna, junto con una parte del último estadio de la barbarie, su
experiencia anterior debe deducirse, sobre todo, de la conexión que se puede
trazar entre los elementos de sus instituciones existentes e invenciones y
elementos semejantes que todavía se conservan de estas en las tribus salvajes y
bárbaras.
Morgan 1877, Ancient Society: 7-8.
La
evolución social de la humanidad, según Morgan, había sido única y lineal,
pasando por tres grandes etapas o períodos étnicos: el salvajismo, la barbarie
y la civilización.
Del mismo modo que es indudable que cierto número de
familias humanas han existido en estado salvaje, otras en estado de barbarie y
aun algunas en estado de civilización, de igual forma parece que estas tres
condiciones diferentes se entrelazan debido a una sucesión tan natural como
imprescindible de progreso.
Morgan 1877, Ancient Society: 3.
Morgan
dividió las dos primeras etapas de desarrollo en tres, quedando configurado su
esquema evolutivo de la humanidad en siete períodos:
I. Estadio inferior del salvajismo: desde la infancia del
género humano al comienzo del período siguiente.
II. Estadio medio del salvajismo: desde la adquisición de
una subsistencia a base de pescado y el conocimiento del uso del fuego, hasta
etc.
III. Estadio superior del salvajismo: desde la invención del
arco y la flecha, hasta etc.
IV. Estadio inferior de la barbarie: desde la invención del
arte de la alfarería, hasta etc.
V. Estadio medio de la barbarie: desde la domesticación de
animales en el hemisferio oriental, y en el occidental, desde el cultivo del
maíz y plantas por irrigación, con el uso de adobe y piedra, hasta etc.
VI. Estadio superior de la barbarie: desde la invención de
la fundición
de mineral de hierro y el empleo de utensilios de hierro,
hasta etc.
VII.-Estadio de civilización: desde la invención de un
alfabeto fonético y el empleo de la escritura, hasta el tiempo presente.
Morgan 1877, Ancient Society: 12.
Cada una de
estas etapas de la historia de la humanidad se había caracterizado por un grado
de progreso distinto, apreciable en cuatro dimensiones del desarrollo social y
cultural: la tecnología, el gobierno, la familia y la noción de propiedad.
Morgan dividió su libro en cuatro
partes, en las que expuso el desarrollo de cada una de estas ideas.
Morgan
pensaba, al igual que Lubbock y Tylor, que uno de los indicadores más claros de
la evolución de una sociedad era el nivel de tecnología que hubiese logrado. El progreso de la humanidad había dependido, en primer lugar, del
desarrollo de sus “artes de subsistencia”. La supremacía del ser humano sobre
la tierra frente a otras especies animales había sido posible gracias a estas
habilidades. La expansión de la humanidad por toda la tierra y su crecimiento
no habrían podido tener lugar sin ese control de la producción de alimentos.
El hecho
importante de que la humanidad comenzó al pie de la escala y fue ascendiendo,
se revela de manera expresiva por sus sucesivas artes de subsistencia. Toda la
cuestión de la supremacía humana sobre la tierra dependía de sus destrezas en
esta dirección. Los humanos son los únicos seres de los que se puede decir que
han logrado un control absoluto sobre la producción de alimentos; el cual, en
el inicio, no poseían por encima del resto de los animales. Sin ampliar las
bases de subsistencia, la humanidad no habría podido propagarse a otras áreas
que no poseían las mismas clases de alimentos, y, con el tiempo, por toda la
superficie de la tierra; y, por último, sin lograr un control absoluto tanto
sobre su variedad como sobre su cantidad, no podría haberse multiplicado en
naciones populosas. Es, por consiguiente, probable, que las grandes épocas del
progreso humano se hayan identificado, más o menos directamente, con la
ampliación de las fuentes de subsistencia.
Morgan 1877, Ancient Society: 12.
Himalayan Herders (John Bishop y Naomi Bishop, 1997)
La segunda
parte de La sociedad primitiva está dedicada a exponer el desarrollo de la idea de
gobierno. Puede considerarse el tema principal la obra, ya que ocupa más de la
mitad de las páginas del libro.
Morgan
distingue entre dos sistemas de gobierno: la societas, una forma de
organización social basada en la gens, la fratría y la tribu, propia de la sociedad
antigua (salvajismo y barbarie); y la civitas, una forma de organización
política basada en el territorio y la propiedad, característica de la sociedad
moderna (civilización). El primer sistema se basa en las relaciones personales
y actúa a través de la gens (linaje) y la tribu. El segundo implica la
existencia de una sociedad política en la que el gobierno actúa sobre las
personas a través de relaciones territoriales (municipales, regionales o
estatales).
La gens
había sido, según Morgan, la forma de gobierno característica de la sociedad
antigua.
Una gens
(…) es un cuerpo de consanguíneos que descienden de un antepasado común,
distinguidos por un nombre gentilicio y ligados por afinidades de sangre.
Comprende solamente una mitad de tales descendientes.
Morgan 1877, Ancient Society: 62.
Antes de su
organización en gentes o linajes, los seres humanos habían vivido en bandas
promiscuas. Morgan presenta como caso característico de esta etapa los
kamilaroi australianos, basándose en los datos etnográficos que sobre este
pueblo había aportado el reverendo Lorimer Fison.
Aboriginal camp, north of Moree, 1885 |
A
continuación describe con detalle el modelo de organización gentilicia,
sirviéndose del caso de los iroqueses. Primero fue la gens, luego la fratría, a
la que siguió la tribu y, por último, la confederación de tribus o nación.
El plan de
gobierno de los aborígenes americanos comenzó con la gens y finalizó con la
confederación, siendo esta última el punto más elevado alcanzado por sus
instituciones gubernamentales. Se produjo mediante la serie orgánica: primero,
la gens, un cuerpo de consanguíneos con
un nombre gentil en común; segundo, la fratría, un ensamblaje de gentes
relacionadas unidas en una asociación superior para ciertos objetos comunes;
tercero, la tribu, una asociación de gentes, generalmente organizadas en fratrías, cuyos miembros hablaban el mismo dialecto; y cuarto, una
confederación de tribus, cuyos miembros hablaban respectivamente dialectos de
la misma familia lingüística.
Morgan 1877, Ancient Society: 65.
En el resto
de esta segunda parte del libro, Morgan trata de probar que los aztecas,
griegos y romanos habían tenido esa misma forma de organización social y no un
gobierno político.
En la
tercera parte de la obra, Morgan aborda el desarrollo de la idea de familia.
Básicamente recapitula las ideas que ya había expuesto en su libro Los sistemas
de consanguinidad y afinidad. La secuencia que había seguido la evolución de la
familia, según Morgan, es la siguiente:
- Familia consanguínea (comunal): resultado del matrimonio entre hermanos y hermanas, propios y colaterales, en grupo.
- Familia punalúa: resultado del matrimonio entre hermanas (o hermanos) propias y colaterales, con los maridos (o esposas) de cada una de las otras, en grupo, no siendo necesario que estuviesen emparentados entre sí.
- Familia sidiásmica (bárbara): resultado del matrimonio entre parejas solas, sin cohabitación exclusiva; la duración del matrimonio depende de la voluntad de las partes.
- Familia patriarcal: resultado del matrimonio de un hombre con varias mujeres; generalmente acompañado de la reclusión de las esposas.
- Familia monógama (civilizada): matrimonio entre parejas solas con cohabitación exclusiva.
En la
última parte del libro Morgan hace un breve repaso del desarrollo de la idea de
propiedad. Relaciona, por una parte, el desarrollo de este concepto con el
progreso tecnológico y, por otra, la
regulación de su posesión y herencia con la evolución de la organización social
en los sucesivos períodos étnicos.
Las más
tempranas ideas de propiedad estaban íntimamente asociadas a la obtención de la
subsistencia como la necesidad primaria que era. Naturalmente, los objetos de
propiedad se incrementarían en los sucesivos períodos étnicos con la
multiplicación de aquellas artes de las que dependían los medios de
subsistencia. El crecimiento de la propiedad seguiría así el mismo ritmo que el
progreso de los inventos y los descubrimientos. Cada período técnico muestra un
marcado avance sobre el que le precede, no sólo en el número de inventos, sino
también en la variedad y la cantidad de las propiedades resultantes. La
multiplicidad de las formas de propiedad iría acompañada por el crecimiento de
ciertas regulaciones referentes a la posesión y la herencia. Las costumbres de
las que dependen esas reglas de posesión y herencia vienen determinadas y modificadas
por la condición y el progreso de la organización social. El crecimiento de la
propiedad está así estrechamente vinculado al incremento de los inventos y
descubrimientos y a la mejora de las instituciones sociales que marcan los
diversos períodos del progreso humano.
Morgan 1877, Ancient Society: 535.
En el
estadio de salvajismo apenas existían las posesiones y eran de poco valor:
utensilios y armas rudimentarias. Con la aparición de la institución de la
gens, en el estadio inferior de la barbarie, se incrementaron las propiedades y
apareció la primera regla de la herencia, distribuyendo los efectos del finado
entre sus gentiles. Con el desarrollo de la agricultura, en el estadio medio de
la barbarie, apareció la noción de propiedad de la tierra cultivada. Aunque la
tierra seguía siendo propiedad de la tribu, ahora podía ser poseída por un
grupo o individuo perteneciente a la misma. A medida que la sociedad fue
haciéndose más compleja, aumentaron la cantidad y variedad de los bienes. Esto
dio lugar a la segunda regla de la herencia, según la cual los bienes del
difunto se traspasaban a la parentela agnaticia, quedando excluidos el resto de
los gentiles. Al final del estadio de barbarie superior, con la aparición de la
familia monógama, se produjeron cambios en la forma de posesión de la tierra,
que pasó a ser propiedad del Estado o de los individuos.
Simultáneamente se produjo la tercera de las reglas de la herencia, que
atribuye a los hijos del difunto la exclusividad de la herencia.
Había
llegado el momento en el que la monogamia, habiendo asegurado la paternidad de
los hijos, proclamaría y mantendría su exclusivo derecho a heredar los bienes
de su difunto padre.
Morgan 1877, Ancient Society: 554.
Este
resultado quedó consolidado en el estadio de civilización.
5. La interpretación de Engels de la obra de Morgan
Marx y
Engels leyeron con interés la obra de Morgan. Marx tomó numerosas anotaciones,
que más tarde Engels utilizó para la redacción de su libro El origen de la
familia, la propiedad privada y el Estado (1884). Más de la mitad del libro de
Engels es una glosa del texto de Morgan, sobre todo la parte que concierne a la
“sociedad primitiva”.
Engels
propone una teoría para explicar el origen de la familia y del Estado, en la
cual las condiciones económicas y la propiedad privada juegan un papel
fundamental. Considera que el modo producción es lo que determinaba la
historia, y desde esta perspectiva materialista realiza la lectura e
interpretación del libro de Morgan.
En el
prefacio a la primera edición del libro, expone las líneas principales de su
argumento.
El orden social en que viven los hombres en una época o en
un país dados, está condicionado por (…) dos especies de producción: por el
grado de desarrollo del trabajo, de una parte, y de la familia, de la otra.
Cuando menos desarrollado está el trabajo, más restringida es la cantidad de
sus productos y, por consiguiente, la riqueza de la sociedad, con tanta mayor
fuerza se manifiesta la influencia dominante de los lazos de parentesco sobre
el régimen social. Sin embargo, en el marco de este desmembramiento de la
sociedad basada en los lazos de parentesco, la productividad del trabajo
aumenta sin cesar, y con ella se desarrolla la propiedad privada y el cambio,
la diferencia de fortuna, la posibilidad de emplear fuerza de trabajo ajena y, con ello, la base
de los antagonismos de clase.
Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, 1975 [1884]: 4.
El orden
social depende básicamente de dos factores: el modo de producción (la forma en
que está organizado el trabajo y las distribución de sus productos) y el modo
de reproducción (que garantiza la existencia de la población). Las sociedades
“primitivas”, en las que todavía no
estaba muy desarrollado el trabajo, pudieron funcionar mediante una
organización basada en las relaciones de parentesco. Pero la producción fue
creciendo, produjo riqueza y, con ella, la posibilidad de utilizar el trabajo
ajeno y mayores diferencias sociales entre los grupos de individuos. En otras
palabras, el aumento de la producción dio lugar al desarrollo de la propiedad
privada, lo que tuvo como consecuencias la desintegración del antiguo orden
social basado en el parentesco y el surgimiento de una sociedad de clases.
Engels
pensaba que los períodos étnicos que había descrito Morgan podían identificarse
con distintos modos de producción, lo cual resultaba congruente con su teoría.
Salvajismo. – Período en que predomina la apropiación de
productos que la naturaleza da ya hechos; las producciones artificiales del
hombre están destinadas, sobre todo, a facilitar esa apropiación. Barbarie. –
Período en que aparecen la ganadería y la agricultura y se aprende a
incrementar la producción de la naturaleza por medio del trabajo humano.
Civilización. – Período en que el hombre sigue aprendiendo a elaborar los
productos naturales, período de la industria propiamente dicha, y del arte.
Engels 1980 [1884], El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado: 26.
Una de las
ideas de Morgan que Engels consideraba trascendental para el entendimiento de
la prehistoria era que la organización matrilineal había precedido a la
patrilineal. En su opinión, esto probaba que las mujeres habían ido perdiendo
estatus a medida que la sociedad progresaba. Esa pérdida de estatus alcanzó su
punto más álgido con la aparición de la familia monógama, cuya causa había sido
el surgimiento y desarrollo de la propiedad privada. Así se produjo la primera
forma de opresión de clases: la explotación de las mujeres por parte de los
hombres.
La monogamia no aparece de ninguna manera en la historia
como una reconciliación entre el hombre y la mujer, y menos aún como la forma
más elevada de matrimonio. Por el contrario, entra en escena bajo la forma de
la esclavización de un sexo por el otro, como la proclamación de un conflicto
entre los sexos, desconocido hasta entonces en la prehistoria. En un viejo
manuscrito inédito, redactado en 1846 por Marx y por mí, encuentro esta frase:
“La primera división del trabajo es la que se hizo entre el hombre y la mujer
para la procreación de los hijos”. Y hoy puedo añadir: el primer antagonismo de
clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo
entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases,
con la del sexo femenino por el masculino.
Engels 1980 [1884], El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado : 64-5.
La
aparición del Estado, según Engels, fue un paso más en el mismo proceso
desencadenado por el desarrollo de la propiedad privada y el conflicto de
clases.
La sociedad antigua, basada en las uniones gentilicias,
salta al aire a consecuencia del choque de las clases sociales recién formadas;
y su lugar lo ocupa una nueva sociedad organizada en Estado y cuyas unidades
inferiores no son ya gentilicias, sino unidades territoriales; se trata de una
sociedad en la que el régimen familiar está completamente sometido a las
relaciones de propiedad y en la que se desarrollan libremente las
contradicciones de clase y la lucha de clases, que constituyen el contenido de
toda la historia escrita hasta nuestro días.
Engels 1980 [1884], El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado: 4.
La familia,
la propiedad privada y el Estado habían sido, por tanto, productos contingentes
de la historia económica de la humanidad, según Engels.
6. Referencias
Lectura obligatoria
- Morgan, Lewis H. 1987 [1887]. La sociedad primitiva. Madrid: Edymon. Pp.: 77-111 y 523-545.
Películas
- Himalayan Herders (John Bishop y Naomi Bishop, 1997)
- Project 20: End of the trail (Donald B. Hyatt, 1965)
- Seeking the first Americans (Graham Chedd, 1980)
- The Ax Fight (Timothy Ash y Napoleon Chagnon, 1975)
- The Hunters (John Marshall, 1957)
- Walkabout: A Journey with the Aboriginals (Charles Mountford, 1946)
- Without fathers or husbands (Hua Cai, 1995)
Lecturas complementarias
- Engels, Friedrich. 1980 [1884]. El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado en relación con las investigaciones de L.H. Morgan. Madrid: Ayuso.
- MacLennan, John F. 1865. Primitive Marriage. An Inquiry into the Origin of the Form of Capture in Marriage Ceremonies. Edinburgh: Adam and Charles Black.
- Morgan, Lewis H. 1951. The League of the Ho-de-no-sau-nee, or Iroquois. Rochester, New York: Sage & Bros.
- Morgan, Lewis H. 1871. Systems of Consanguinity and Affinity of the Human Family. Smithsonian Contributions to Knowledge, Vol XVII. Washington, DC: Smithsonian Institution.
- Morgan, Lewis H. 1987 [1877]. La sociedad primitiva. Madrid: Ayuso.
- Morgan, Lewis H. 1959. The Indian Journals. 1859-62. Ann Arbor, MI: University of Michigan Press.
- Morgan, Lewis H. y Adolph F. Bandelier. 2004. México antiguo. México: Siglo XXI.
Lecturas recomendadas
- Holmes, William Henry 1909. Biographical Memoir of Lewis Henry Morgan, 1818-1871. National Academy of Science Biographical Memoirs 6: 219-239.
- Kuper, Adam. 2005. “Lewis Henry Morgan and Ancient Society”, 59-81. En The Reinvention of Primitive Society. Transformations of a Myth. London and New York: Routledge.
- Meek. Ronald, L. 1981 [1976]. Los orígenes de la ciencia social: El desarrollo de la teoría de los cuatro estadios. Madrid: Siglo XXI.
- Moses, Daniel N. 2009. The promises of progress: The life and work of Henry Lewis Morgan. Columbia: University of Missouri Press.
- Resek, Carl 1960. Lewis Henry Morgan: American Scholar. Chicago: University of Chicago Press.
- Service, Elman. 1985. “The Classificatory Kinship System” y “Morgan’s Ancient Society”, 13-58. En A Century of Controversy: Ethnological Issues from 1860 to 1960. New York: Academic Press.
- Trautmann, Thomas R. 1987. Lewis Henry Morgan and the Invention of Kinship. Berkeley and Los Angeles, CA: University of California Press.
- Trautmann, Thomas R. 2001 [1997]. “Lewis Henry Morgan (1818-1881)”, 438-440. En Thomas Barfield (ed.), Diccionario de antropología. Barcelona: Bellaterra.
- Valdés Gázquez, María. 1998. El pensamiento antropológico de Lewis Henry Morgan. Bellaterra: Universidad Autónoma de Barcelona.
- White, Leslie 1959. “Lewis Henry Morgan: His life and Researches”, 3-12. En The Indian Journals, 1859-1862. Ann Arbor, MI: University of Michigan Press.