1. El concepto de estructura
Lévi-Strauss cree que la antropología debe buscar las
estructuras que hay tras los hechos socioculturales, los fundamentos
inconscientes de la vida social. Las estructuras no son realidades empíricas,
sino inteligibles, modelos. Estos modelos son sistémicos, inconscientes y universales.
A la hora de explicar en qué consiste el análisis
estructural, L-S recurre a la lingüística estructural, cuyo método de análisis
considera extrapolable a la antropología:
"El sociólogo se encuentra en una situación formalmente
semejante a la del lingüista fonólogo: como los fonemas, los términos de
parentesco son elementos de significación; como ellos, adquieren esta
significación sólo a condición de integrarse en sistemas; los «sistemas de
parentesco», como los «sistemas fonológicos», son elaborados por el espíritu en
el plano del pensamiento inconsciente; la recurrencia, en fin, en regiones del
mundo alejadas unas de otras y en sociedades profundamente diferentes, de
formas de parentesco, reglas de matrimonio, actitudes semejantes prescritas
entre ciertos tipos de parientes, etcétera, permite creer que, tanto en uno
como en otro caso, los fenómenos observables resultan del juego de leyes
generales pero ocultos".
Lévi-Strauss (1958), Antropología estructural: 78.
En su célebre artículo "La noción de estructura en
etnología", recopilado en su libro La antropología estructural (1958),
equipara el concepto de estructura al de modelo y lo describe de la siguiente
manera:
"Para merecer el nombre de estructura los modelos deben
satisfacer exclusivamente cuatro condiciones.
En primer lugar, una estructura presenta un carácter de
sistema. Consiste en elementos tales que una modificación cualquiera en uno de
ellos entraña una modificación en todos los demás.
En segundo lugar, todo modelo pertenece a un grupo de
transformaciones, cada una de las cuales corresponde a un modelo de la misma
familia, de manera que el conjunto de estas transformaciones constituye un
grupo de modelos.
En tercer lugar, las propiedades antes indicadas permiten
predecir de qué manera reaccionará el modelo, en caso de que uno de sus
elementos se modifique.
Finalmente, el modelo debe ser construido de tal manera que
su funcionamiento pueda dar cuenta de todos los hechos observados".
Lévi-Strauss (1958), Antropología estructural: 301.
Como ha señalado Carlos Reynoso en su artículo "Seis
razones lógicas para desconfiar de Lévi-Strauss":
"Con cierto esfuerzo de reconstrucción por parte del
lector es posible corregir lo que Lévi-Strauss efectivamente dice e infundirle
un contenido aceptable: que la estructura social de un sistema concreto sólo se
capta en un modelo relativamente abstracto, que un modelo permite dar cuenta de
y predecir determinadas transformaciones del sistema representado, que estas
transformaciones no son estocásticas sino que responden a cierta pauta, que la
estructura de un sistema se revela a lo largo de las transformaciones a las que
se somete el modelo, etcétera. Esta lectura algo más correcta, pero idealizada,
es, sin duda, la que realizan cotidianamente los antropólogos y los críticos de
la disciplina (…). En todo el discurso antropológico sobre los modelos
leviestraussianos, los ostensibles errores de la formulación original
invariablemente se pasan por alto, como si existiera un acuerdo secreto para no
poner en relieve su precariedad.
Las lecturas redentoras, empero, no alcanzan para poner los
modelos en marcha. Lo más grave de todo esto es que en la presentación que de
ellos hace Lévi-Strauss, la naturaleza de los modelos, la forma en que estos
modelos reflejan una realidad y apoyan una teoría nos ha sido
escamoteada".
(Reynoso 1986: 3-4)
La obra de L-S es prolífica y variada en análisis temáticos.
Veamos dos de los más representativos: el tabú del incesto y el
"pensamiento salvaje".
2. La prohibición del incesto
Levi-Strauss comienza Las estructuras elementales del
parentesco (1949) examinando la distinción naturaleza/cultura. ¿Dónde termina
la naturaleza y comienza la cultura? Después de repasar los análisis de esta
cuestión realizados por otros autores, concluye que ninguno de ellos permite
establecer con claridad cómo se produce el paso de la naturaleza a la cultura,
pero establece un doble criterio para su distinción: la norma y la
universalidad.
"Sostenemos, pues, que todo lo que es universal en el
hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracteriza por la
espontaneidad, mientras que todo lo que está sujeto a una norma pertenece a la
cultura y presenta los atributos de lo relativo y de lo particular".
Lévi-Strauss (1949), Las estructuras elementales del
parentesco: 41.
La prohibición del incesto —observa Lévi-Strauss— posee
ambas características: constituye una regla y tiene carácter universal.
Lévi-Strauss rechaza las teorías de los sociólogos
predecesores sobre el origen de esta prohibición:
- las razones eugenésicas de Morgan y Maine,
- la repugnancia instintiva de Westermarck y Havelock Ellis,
- las reglas de la exogamia de McLennan, Lubbock, Spencer y Durkheim.
Para Lévi-Strauss la prohibición del incesto es el vínculo
entre la naturaleza y la cultura.
"La prohibición del incesto no tiene origen puramente
cultural, ni puramente natural, y tampoco es un compuesto de elementos tomados
en parte de la naturaleza y en parte de la cultura. Constituye el movimiento
fundamental gracias al cual, por el cual, pero sobre todo en el cual, se cumple
el pasaje de la naturaleza a la cultura".
Lévi-Strauss (1949), Las estructuras elementales del
parentesco: 58-9.
La filiación y la alianza son ambas exigencias de la
naturaleza. Sin embargo, mientras que la descendencia (el traspaso de los genes
de padres a hijos) es un proceso prescrito por la naturaleza, no ocurre lo
mismo con el matrimonio. La alianza es un hecho arbitrario en el que interviene
la cultura.
"Si la naturaleza abandona la alianza al azar y a lo
indeterminado es imposible para la cultura no introducir un orden, de cualquier
clase que sea, allí donde no existe ninguno. El papel primordial de la cultura
es asegurar la existencia del grupo como grupo y, por lo tanto, sustituir en
este dominio, como en todos los demás, el azar por la organización. La
prohibición del incesto constituye cierta forma —y hasta formas muy diversas—
de intervención".
Lévi-Strauss (1949), Las estructuras elementales del
parentesco: 68.
Las sociedades "primitivas" se caracterizan, según
L-S, por ser "regímenes del
producto escaso". En este tipo de sociedades el grupo o la comunidad es
quien regula la distribución de valores, tales como las mujeres o los
alimentos, muchas veces de manera integrada.
Las mujeres ocupan un papel fundamental en el sistema
primitivo de valores, se las considera bienes escasos y esenciales para la vida
del grupo. En este tipo de sociedades, asevera L-S, las mujeres no sólo son
importantes por el papel primordial que juegan en la reproducción, sino también
en la economía. Esto hace que todos los individuos deseen casarse. La soltería
y la orfandad constituyen situaciones problemáticas.
Si el tabú del incesto no existiera —señala L-S—, la familia
ejercería un control monopolista de las mujeres en detrimento del grupo, algo
que en realidad no sucede.
"Al establecer una regla de obediencia general,
calquiera que sea la regla, el grupo afirma su derecho a vigilar lo que
considera legítimamente como un valor esencial. Se niega a sancionar la
desigualdad natural de la distribución de los sexos en el seno de las familias
y establece, sobre el único fundamento posible la libertad de acceso a las
mujeres el grupo, libertad reconocida para todos los individuos. Este
fundamento es, en síntesis, el siguiente: para reclamar una esposa no pueden
invocarse ni el estado de fraternidad, ni el de paternidad, sino que este
reclamo puede apoyarse en el fundamento de que todos los hombres se encuentran
en igualdad de condiciones en su competencia por todas las mujeres: en el
fundamento de sus relaciones respectivas definidas en términos de grupo y no de
familia".
Lévi-Strauss (1949), Las estructuras elementales del
parentesco: 79.
El tabú del incesto impone una restricción (la renuncia a
disponer de la madre o las hijas) a cambio de crear una situación más ventajosa
(la posibilidad de que todos los hombres puedan acceder a todas las demás
mujeres).
Las mujeres constituyen un valor esencial para el grupo. De
ahí que sea éste el que determine que la relación matrimonial sea un asunto
social y no individual. La prohibición del incesto inicia la organización
social de las relaciones sexuales, pero su regulación final dependerá del grupo
y la cultura. En este sentido, La poligamia, según L-S, no contradice la
exigencia de reparto equitativo de mujeres, sino es la superposición de una
regla de reparto social sobre otra, la de la prohibición del incesto.
"Considerada como interdicción, la prohibición del
incesto se limita a afirmar, en un campo esencial para la supervivencia del
grupo, el predominio de lo social sobre lo natural, de lo colectivo sobre lo
individual, de la organización sobre lo arbitrario. Pero incluso en este
momento del análisis, la regla, al parecer negativa, ya engendró su opuesto, ya
que toda prohibición es al mismo tiempo y con otra relación una
prescripción."
Lévi-Strauss (1949), Las estructuras elementales del
parentesco: 82.
La función de la prohibición del incesto no es sólo
restringir las relaciones matrimoniales dentro de la familia biológica, sino
favorecer la exogamia, el matrimonio de los miembros de un grupo con los de
otros. En último término lo que la prohibición facilita es el intercambio entre
los grupos sociales.
"A partir del momento en que me prohibo el uso de una
mujer, que así queda disponible para otro hombre, hay, en alguna parte, un
hombre que renuncia a una mujer que por este hecho se hace disponible para mí.
El contenido de la prohibición no se agota en el hecho de la prohibición; ésta
se instaura sólo para garantizar y fundar, en forma directa o indirecta,
inmediata o mediata, un intercambio".
Lévi-Strauss (1949), Las estructuras elementales del
parentesco: 90.
L-S toma el concepto de "intercambio" de Marcel
Mauss. En el Essai sur le don (1925), Mauss describe el intercambio en las
sociedades "primitivas" como una serie de donaciones recíprocas. El
intercambio en estas sociedades no tiene sólo un carácter económico, sino que
es un "hecho social total", con un significado social, religioso,
mágico, económico, utilitario, sentimental, jurídico y moral. Los derechos, los
bienes y las personas circulan en el seno de estas sociedades mediante un
mecanismo continuo de prestaciones y contraprestaciones.
"[El papel del intercambio] en la sociedad primitiva es
esencial, puesto que abarca al mismo tiempo ciertos objetos materiales, valores
sociales y también a las mujeres; pero mientras que en relación las mercaderías
fue perdiendo importancia en provecho de otros modos de adquisición, por lo
contrario, en lo que respecta a las mujeres, conservó su función fundamental:
por una parte, porque éstas constituyen el bien por excelencia (….); pero sobre
todo porque las mujeres no son , en primer lugar, un signo de valor social sino
un estimulante natural y el estímulo del único instinto cuya satisfacción puede
diferirse: el único, en consecuencia, por el cual, en el acto de intercambio y
por la percepción de la reciprocidad puede operarse la transformación del
estímulo en signo y, al definir por este paso fundamental el pasaje de la
naturaleza a la cultura, florecer como institución".
Lévi-Strauss (1949), Las estructuras elementales del
parentesco: 102-3.
Para L-S las alianzas matrimoniales entre grupos forman
parte de un intercambio, en el cual lo que se transfiere como regalos son
mujeres. Los sistemas de parentesco cumplen la función de regular el
intercambio de mujeres y mantener de esta manera la continuidad del grupo.
El intercambio de mujeres entre grupos familiares se puede
realizar, según L-S de distintas formas:
- reciprocidad inmediata; dos hombres intercambian sus hermanas y sus hijos varones vuelven a hacer lo mismo.
- reciprocidad diferida o aplazada; un hombre casaba a su hermana con otro a cambio recibir una de las hijas de ese matrimonio para casar a su hijo.
- reciprocidad generalizada: se establece una cadena de intercambios sucesivos de hermanas que concluye con la entrega de una hermana al primero que inició el ciclo.
L-S admite la universalidad de la familia nuclear, pero cree
que la unidad básica de la sociedad la forman la familia nuclear más el hermano
de la esposa, que era quien entregaba la esposa al marido creando un vínculo
entre cuñados.
"Para que exista una estructura de parentesco es
necesario que se hallen presentes los tres tipos de relaciones familiares dadas
siempre en la sociedad humana, es decir, una relación de consanguinidad, una de
alianza y una de filiación; dicho de otra manera, una relación de hermano a
hermana, una relación de esposo a esposa, y una relación de progenitor a hijo.
Es fácil darse cuenta de que [el avunculado] es la estructura (...) que permite
satisfacer esta doble exigencia según el principio de la mayor economía.
El carácter primitivo e irreductible del elemento de
parentesco tal como lo hemos definido resulta, en efecto, de manera inmediata,
de la existencia universal de la prohibición del incesto. Esto equivale a decir
que, en la sociedad humana, un hombre únicamente puede obtener una mujer de
manos de otro hombre, el cual la cede bajo forma de hija o de hermana. No es
necesario, pues, explicar cómo el tío materno hace su aparición en la
estructura de parentesco: no aparece, sino que está inmediatamente dado, es la condición de esa
estructura"
Lévi-Strauss (1958), Antropología
estructural, I: 90.
Mediante la contemplación
de ese átomo del parentesco, el avunculado, ya sea en forma de diagrama o de
matriz de signos positivos y negativos, los escasos devotos del estructuralismo
que quedan creen percibir el misterioso funcionamiento de las estructuras —algo
que no puede sorprendernos, si tenemos en cuenta que Lévi-Strauss le confesó a
Pierre Beuchot en una famosa entrevista que él experimentó su conversión al
estructuralismo contemplando un diente de león mientras yacía en el campo.
Avunculado |
A: Trobriandés, matrilineal
B: Siuai, matrilineal; Lago
Kutubu, patrilineal
C: Circasiano, patrilineal
D: Tonga, patrilineal
A
|
B
|
C
|
D
|
|
Ego - padre
|
+
|
+
|
-
|
-
|
Ego - hermano de la madre
|
-
|
-
|
+
|
+
|
Padre - madre
|
+
|
-
|
-
|
+
|
Madre - hermano de la madre
|
-
|
+
|
+
|
-
|
+ = relación familiar; - = relación
formal u hostil
L-S utilizó a los aborígenes australianos como prototipo de
la sociedad primitiva. Hoy sabemos que no lo son. Como ha señalado Adam Kuper:
"Entre sociedades de cazadores-recolectores tan bien
estudiadas como los inuit de Alaska, los habitantes de las islas Andaman, los
pigmeos de la pluviselva zaireña o los hadza de Tanzania no existe un patrón
regular de alianzas establecidas a través del matrimonio. Es probable que los
sistemas elementales de alianzas matrimoniales descritos por Lévi-Strauss sean
más típicos de sociedades complejas de Extremo Oriente, incluidas, por ejemplo,
las poblaciones del sur de India y de la China, que de comunidades de
cazadores-recolectores. En el mundo árabe existen ciertas reglas aparentemente
opuestas a esta tendencia, reglas que favorecen el matrimonio endogámico con
parientes cercanos del tronco paterno en el marco de la familia patriarcal
extendida. Es probable que en la mayor parte de las sociedades conocidas no
exista la práctica de hacer circular de modo permanente a las mujeres de
acuerdo a patrones fijos y siempre entre los mismos grupos familiares.
Por consiguiente, resulta difícil pensar que las sociedades
humanas primitivas se basaban todas en sistemas de alianzas matrimoniales
repetitivas semejantes a los descritos por Lévi-Strauss".
(Kuper 1996: 166-7).
Por otra parte, como hace notar también Adam Kuper en el
mismo trabajo, ni siquiera es cierto que el tabú del incesto sea una regla
universal.
"El incesto no constituye una prohibición universal
dictada por las leyes humanas. Varios reyes divinizados, entre ellos los
faraones, se casaban con sus hermanas. Existen así mismo abundantes testimonios
relativos a algunos períodos
históricos de Persia y Egipto que dan fe de un extendido sistema de
matrimonios entre hermano y hermana. Aunque es cierto que las uniones entre
hermanos no han estado permitidos más que en raras ocasiones, también es verdad
que las normas que regulan los matrimonios entre primos, sobrinas, sobrinos,
tíos y tías son muy variables".
(Kuper 1996: 167).
Claude Lévi-Strauss (Pierre Beuchot, 1972)
3. El pensamiento salvaje
Lévi-Strauss dedica las 14 primeras páginas de su libro El
pensamiento salvaje (1962) a mostrar ejemplos de clasificaciones folk,
recopiladas principalmente en estudios etnosemánticos de botánica, zoología y
medicina realizados en diversas sociedades. En su opinión, el objetivo de estas
clasificaciones no es de orden utilitarista sino intelectual, a saber,
introducir orden en el mundo natural. Clasificar objetos (hacer taxonomías) es,
para L-S, una de la formas básicas de conocer.
"Esta exigencia de orden se encuentra en la base del
pensamiento que llamamos primitivo, pero sólo por cuanto se encuentra en la
base de todo pensamiento: pues enfocándolas desde las propiedades comunes es
como encontramos acceso más fácilmente a las formas de pensamiento que nos
parecen muy extrañas".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 25.
L-S intenta demostrar que el pensamiento "primitivo" es tan
lógico como el nuestro y que gran parte del saber primitivo es desinteresado.
Lo que impulsa el pensamiento "primitivo" es una voluntad de saber. Considera
equivocadas las interpretaciones de la mentalidad "primitiva" que habían ofrecido
Lévy-Bruhl y Malinowski. En La mentalité primitive (1922) Lévy-Bruhl había
sostenido que el pensamiento de los pueblos "primitivos" era
prelógico y precientífico. Malinowski, por su parte, creía que el pensamiento
de estos pueblos estaba regido por sus necesidades psicobiológicas.
L-S asume, como Descartes y Locke, la distinción entre
cualidades primarias u objetivas de las cosas y cualidades secundarias o
subjetivas, y basa en ella buena parte de su argumentación. Describe a los
"primitivos" como observadores incansables del mundo natural que
realizan exhaustivos inventarios notariales de las relaciones que observan entre
las cosas para luego traspasarlas a sus ritos y ceremonias, creando de esta
manera una especie de registro (memoria) de esas observaciones y reflexiones.
"Los mitos y los ritos ofrecen como su valor principal
el preservar hasta nuestra época, en forma residual, modos de observación y de
reflexión que estuvieron (y siguen estándolo sin duda) exactamente adaptados a
descubrimientos de un cierto tipo: los que autorizaba la naturaleza, a partir
de la organización y de la explotación reflexiva del mundo sensible en cuanto
sensible".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 34-35.
Las clasificaciones de objetos que realizan los
"primitivos" son en último término intentos de búsqueda del orden que
tienen las cosas más allá de la percepción subjetiva que los seres humanos tienen de ellas. No
es de extrañar, por consiguiente, que algunos de esos ensayos acierten o
muestren aproximaciones a la realidad, aunque L-S reconoce que hay diferencias
entre la precisión de los conocimientos de la ciencia moderna y del pensamiento
mágico.
"El humo del tabaco puede ser, para una lógica de la
sensación, la intersección de dos grupos: uno de los cuales comprendería
también la carne a la parrilla y la tostada corteza de pan (que están, como él,
compuestos de nitrógeno; y el otro, del que forman parte el queso, la cerveza y
la hiel en razón de la presencia del diacetilo). La cereza silvestre, la
canela, la vainilla y el vino de jerez forman un grupo, no sólo sensible, sino
inteligible, porque todos contienen aldehidos, en tanto que los olores semejantes
del té del Canadá ("wintergreen") de la lavanda y del plátano se
explican por la presencia de esteres. La intuición por sí sola incitará a
agrupar a la cebolla, el ajo, la col, el nabo, el rábano y la mostaza, aunque
la botánica separe a las liliáceas de las crucíferas (…) Todas ocultan azufre
(…). Un filósofo primitivo o un poeta habría podido realizar estos
reagrupamientos inspirándose en consideraciones ajenas a la química, o a
cualquier otra forma de ciencia: la literatura etnográfica nos revela un cierto
número de los mismos, cuyo valor empírico y estético no es menor".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 29.
Tanto la ciencia como la magia buscan el descubrimiento de
relaciones causales en los fenómenos, un orden oculto con forma de estructuras.
Ambas están igualmente motivadas por una voluntad de saber.
"En vez de oponer magia y ciencia, sería mejor
colocarlas paralelamente, como dos modos de conocimiento, desiguales en cuanto
a los resultados teóricos y prácticos (…), pero no por la clase de operaciones
mentales que ambas suponen, y que difieren menos en cuanto a la naturaleza que
en función de las clases de fenómenos a las que se aplican".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 30.
La historia de la ciencia, según L-S, debería remontarse al
neolítico, un período en el que la humanidad creo la alfarería, el tejido, la
agricultura y la ganadería. Todas estas técnicas fueron producto de la
observación y el pensamiento humanos. Detrás de todas estas innovaciones tecnológicas no hubo una
actitud utilitarista de los seres humanos, sino un afán desinteresado.
"Para transformar una yerba silvestre en planta
cultivada, una bestia salvaje en animal doméstico (…); para hacer de una arcilla
inestable (…) una vasija de barro sólida y que no deje escapar el agua (…);
para elaborar las técnicas (…) que permiten cultivar la tierra, o bien sin
agua, cambiar granos o raíces tóxicas en alimentos, o todavía más, utilizar
esta toxicidad para la caza, la guerra, el ritual, no nos quepa la menor duda
de que se requirió una actitud mental verdaderamente científica, una curiosidad
asidua y perpetuamente despierta, un gusto del conocimiento por el placer de
conocer, pues una pequeña fracción solamente de las observaciones y de las
experiencias (…) podían dar resultados prácticos e inmediatamente
utilizables".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 32.
Para L-S existe una continuidad entre el pensamiento
científico del neolítico y la ciencia moderna. La diferencia radica en el
alejamiento progresivo de la ciencia de la "intuición sensible" que
se ha producido a lo largo de la historia. L-S denomina a este "primera" forma de
pensamiento : "ciencia de lo concreto" (en lugar
de primitiva).
L-S establece una analogía entre esa forma de pensar
primigenia y el bricolaje. El pensamiento mitológico consiste en una especie de
bricolaje intelectual. Lo que caracteriza el bricolaje es el uso de medios
heteróclitos limitados para realizar tareas diversas. Los medios utilizados en
el bricolaje no están definidos por el proyecto que se va a realizar, ya que
son anteriores, sino por su instrumentalidad. Se acumulan en función de su
posible utilidad. Cada herramienta o material de la caja del bricoleur ha
tenido ya un uso concreto, pero tiene otros múltiples usos potenciales de una
cierta clase.
"Cada elemento representa un conjunto de relaciones, a
la vez, concretas y virtuales; son operadores, pero utilizables con vista a
operaciones cualesquiera en el seno de un tipo"
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 37.
Haber tenido un uso previo condiciona o restringe las
nuevas posibilidades de uso de los materiales y herramientas del bricoleur. Los
elementos que utiliza el bricoleur son signos: imágenes (significantes) a los
que se asocian conceptos (significados). L-S piensa que el bricoleur trabaja
con signos mientras que el científico moderno lo hace con conceptos. Los
signos, a diferencia de los conceptos con los que el científico elabora sus
hipótesis y teorías, arrastran consigo el significado de un uso pasado. La
ciencia moderna trata de crear nuevos conceptos, mientras que la lógica de lo
concreto se conforma con reagrupar los signos de los que ya dispone.
"La ciencia, por entero, se ha construido apoyándose en
la distinción de los contingente y de lo necesario, que es también la del
acontecimiento y de la estructura".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 37.
L-S considera que el pensamiento mítico construye
estructuras a partir de acontecimientos, mientras que la ciencia moderna forja
estructuras a partir de otras estructuras.
"El pensamiento mítico, ese bricoleur, elabora
estructuras disponiendo acontecimientos, o mas bien residuos de
acontecimientos, en tanto que la ciencia, "en marcha" por el simple
hecho de que se instaura, crea, en forma de acontecimientos, sus medios y sus
resultados, gracias a las estructuras que fabrica sin tregua y que son sus
hipótesis y teorías".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 43.
Para L-S ambas formas de proceder son igualmente válidas y
coexisten. La ciencia moderna no está interesada solamente en la comprensión
de las cualidades primarias de las cosas, sino también de las secundarias. Por
más que avancen los conocimientos de la biología los seres humanos nunca
dejarán de preguntarse por el sentido de la vida. De la misma manera, L-S
piensa que no hay que ver el pensamiento mítico como una mera actividad
rutinaria que consiste en combinar acontecimientos y experiencias pasadas, sino
como un ejercicio liberador y de protesta contra la falta de sentido y
entendimiento que afrontan los seres humanos en su vida.
L-S considera que el arte ocupa un lugar intermedio entre la
ciencia y el pensamiento mágico o mítico. El artista tiene algo de bricoleur y
de sabio.
"Contemplemos —propone Lévi-Strauss— [el retrato de la
reina Isabel de Austria] pintado por Clouet, y preguntémonos por las razones de
la profundísima emoción estética que suscita inexplicablemente, al parecer, la
reproducción hilo por hilo y en un escrupuloso trompe-l'oeil de una gorguera de
encaje".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 44.
La obra de arte es siempre según L-S, un "modelo reducido",
ha supuesto la renuncia del artista a alguna(s) de las dimensiones del objeto
real: volumen, colores, olores, textura, dimensión temporal…
En el proceso artístico, según L-S, se invierte el proceso
cognoscitivo habitual, yendo de la totalidad a las partes, aunque sea de manera
ilusoria. La anticipación de la totalidad y la posibilidad de su manejo es lo
que produce el goce estético.
"En el modelo reducido el conocimiento del todo precede
al de las partes. Y aun si esto es una ilusión, la razón del procedimiento es
la de crear o la de mantener esta ilusión, que satisface a la inteligencia y a
la sensibilidad con un placer que, fundándonos solamente en esto, pude llamarse
estético".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 45-6.
La renuncia de algunas de las dimensiones sensibles del
objeto es lo que permite al espectador contemplar sus dimensiones inteligibles.
"La virtud intrínseca del modelo reducido es la de que
compensa la renuncia a las dimensiones sensibles con la adquisición de
dimensiones inteligibles".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 46
La ciencia busca producir el objeto (actúa de manera
metonímica, según L-S, sustituyendo un objeto por otro), mientras que el arte
sólo pretende reproducirlo (actúa de manera metafórica). El artista parte de un
conjunto de objetos y acontecimientos y se lanza a la búsqueda de una estructura
mediante la creación de un nuevo objeto.
"Aun si la figuración de una gorguera de encaje en
modelo reducido supone (…) un conocimiento interno de su morfología y su
técnica de fabricación (…), no se reduce a un diagrama o a una lámina de
tecnología: realiza la síntesis de estas propiedades intrínsecas y de las que
provienen de un contexto espacial y temporal. El resultado final es la gorguera
de encaje, tal cual es absolutamente, pero también tal como, en el mismo
instante, su apariencia se ve afectada por la perspectiva en que se presenta,
que pone en evidencia algunas partes y oculta otras, cuya existencia continúa,
por tanto, influyendo en el resto: por el contraste entre su blancura y los
colores de las otras piezas del vestido, el reflejo del cuello nacarado que
rodea y el del cielo de un día y de un momento; tal, también, porque significa
como adorno banal o de aparato, llevado, nuevo o usado, recientemente planchado
o arrugado, por una mujer del pueblo o por una reina, de la que la fisonomía
confirma, invalida o califica su condición, en un medio, una sociedad, una
región del mundo un período de la historia".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 47-8.
La contingencia en el arte, según L-S se puede producir en
tres momentos: antes de la creación, en el transcurso de la ejecución y con
posterioridad a la creación, si la obra está destinada a un uso, como ocurre
con las artes aplicadas.
"La creación artística consistirá, dentro del marco
inmutable de una confrontación de la estructura y del accidente, en buscar el
diálogo, ya sea con el modelo, ya sea con la materia, ya sea con el utilizador,
habida cuenta de aquél o de aquélla, de las que el artista que está trabajando
anticipa, sobre todo el mensaje".
Lévi-Strauss (1962), El pensamiento salvaje: 51.
L-S concluye su exposición de la ciencia de lo concreto,
comparando la obra de arte con el juego, el mito y el rito. Señala que mientras
que el juego produce acontecimientos a partir de una estructura, los ritos y
mitos descomponen y recomponen acontecimientos para llevar a cabo ordenamientos
estructurales.
—oOo—
"No hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muy simple: no sabemos qué cosa es el universo. (...)
Cabe ir más lejos; cabe sospechar que no hay universo en el sentido orgánico, unificador, que tiene esa ambiciosa palabra. Si lo hay, falta conjeturar su propósito; falta conjeturar las palabras, las definiciones, las etimologías, las sinonimias, del secreto diccionario de Dios.
La imposibilidad de penetrar el esquema divino del universo no puede, sin embargo, disuadirnos de planear esquemas humanos, aunque nos conste que éstos son provisorios. (...) (Teóricamente, no es inconcebible un idioma donde el nombre de cada ser indicara todos los pormenores de su destino, pasado y venidero)".
Jorge Luis Borges (1952), "El idioma analítico de John Wilkins"
4. Referencias
Lecturas obligatorias
- Lévi-Strauss, Claude. 1985 [1949]. "Naturaleza y cultura" 35-44; "El problema del incesto", 45-59; "El universo de las reglas", 65-78; "El principio de reciprocidad", 91-108. En Las estructuras elementales del parentesco. Barcelona: Planeta-Agostini.
Películas
- Claude Lévi-Strauss (Pierre Beuchot, 1972)
- Une approche de Claude Lévi Strauss (Jean-Claude Bringuier, 1974)
- A propos de Tristes tropiques (Jean-Pierre Beaurenaut & Jorge Bodanjsky, 1991)
- Claude Lévi-Strauss par lui-meme (Pierre-Andre Boutang, 2008)
- Auprès de l'Amazonie. Le parcours de Claude Lévi-Strauss (Marcelo Fortaleza Flores, 2009)
Lecturas complementarias
- Kuper, Adam. 1996. "La primera familia", 156-178. En El primate elegido. Naturaleza humana y diversidad cultural. Barcelona: Crítica.
- Leach, Edmund. 1970 [1965]. Lévi-Strauss, antropólogo y filósofo. Barcelona: Anagrama.
- Lévi-Strauss, Claude. 1995 [1958]. "El análisis estructural en lingüística y en antropología", 75-95; "La noción de estructura en etnología", 299-337. En Antropología estructural, I. Barcelona: Paidós.
- Lévi-Strauss, Claude. 1987 [1973]. "La gesta de Asdiwal", 142-89. En Antropología estructural, II. México: Siglo XXI.
- Reynoso, Carlos. 1990. "Seis nuevas razones lógicas para desconfiar de Lévi-Strauss". Revista de Antropología, VI (10): 3-17.
Lecturas recomendadas
- Geertz, Clifford. 1989. "El mundo en un texto. Cómo leer 'Tristes trópicos'", 35-58. En El antropólogo como autor. Barcelona: Paidós.
- Lévi-Strauss, Claude. 1992 [1955]. Tristes trópicos. Barcelona: Paidós.
- Lévi-Strauss, Claude. "La familia", 7-49. En Polémica sobre el origen y la universalidad de la familia. Barcelona: Anagrama.
- Mauss, Marcel 1979 [1923]. "Ensayo sobre los dones. Motivo y forma del cambio en las sociedades primitivas", 153-76. En Sociología y Antropología. Madrid: Tecnos.
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